El presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), José Luis Escrivá, rebaja las advertencias de los banqueros sobre la propuesta de Pedro Sánchez, antes de auparse a La Moncloa, de crear un impuesto a los bancos para sufragar las pensiones.
En declaraciones a los periodistas tras participar en unos cursos organizados por la Asociación de Periodistas de Información Económica (Apie) en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, patrocinados por BBVA, Escrivá ha señalado que habría que analizar los efectos de gravar la actividad de las entidades financieras, pero ha descartado a priori que pueda suponer un encarecimiento del crédito en España.
Ayer, en la inauguración de las jornadas, el consejero delegado de BBVA, Carlos Torres, advirtió al nuevo Gobierno de que un impuesto a los bancos «distorsiona» el mercado y haría menos accesible y más caro el crédito.
El presidente de la Airef se ha remontado al año 2000 para argumentar su consideración. Ese año, el Banco de España empezó a exigir a los bancos las llamadas provisiones anticíclicas para forjar un colchón de capital durante los tiempos de bonanza. Algo pionero esos años sobre las políticas macroprudenciales.
Escrivá ha recordado que las entidades presionaron al supervisor para rebajar estas provisiones y que en ese momento utilizaron el mismo argumento de que estas exigencias subirían el precio de los préstamos a los clientes. Una advertencia, según ha relatado, que luego quedó en papel mojado por la competencia entre el sector financiero.
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