La inseguridad jurídica que genera el proceso de desconexión, el desconocimiento de cómo se llevará a cabo y la crisis del consumo interno no sólo afecta a las compañías con bandera británica, sino también a las firmas internacionales que tienen parte de sus negocios en el país. Incluidas las españolas. De hecho, casi la mitad de los directivos españoles -un 46%- reconoce que el Brexit está teniendo impacto e influencia en sus empresas y apunta que el comercio y las operaciones con el Reino Unido han disminuido desde la celebración del referéndum el 23 de junio de 2016.
Ésta es una de las conclusiones de la encuesta elaborada por el despacho de abogados Baker McKenzie con preguntas a 800 directivos y empresarios de España, Francia, Alemania, Irlanda, Suecia y Holanda. Pese al impacto en el volumen de operaciones que reconocen los encuestados españoles, el estudio señala que su situación es una de las más avanzadas a la hora de adaptarse a los cambios y que se encuentran entre los más preparados para el divorcio. Un 89% ha analizado de manera activa los riesgos inherentes al proceso de salida, un 67% ya se ha preparado para el impacto que pueda tener la pérdida de condiciones preferentes con el Reino Unido y un 79% ya ha hecho o se encuentran en el proceso de hacer cambios en sus operaciones y estrategias.
Según Cecilia Pastor, socia de Trade & Commerce del bufete en Madrid, esa facilidad en la adaptación es fruto de un proceso más amplio: «Una de las consecuencias de la crisis de 2008, que derivó en la adaptación de los modelos empresariales hacia la diversificación, la digitalización y la apertura de nuevos mercados». Según un reciente informe del Banco de España, el número de empresas españolas que venden bienes al Reino Unido se amplió un 8% entre 2012 y 2017, hasta las 11.695. «No obstante, en 2017, se frenó este proceso de expansión, con una caída del número de exportadores del 0,8%», tanto en el caso de grandes empresas como en el caso de las pymes.
Esta reducción fue mayor que la observada en otros destinos y, como consecuencia, el peso relativo de los exportadores al Reino Unido, «que ha oscilado desde 2012 en torno al 8% del total, experimentó un ligero retroceso en 2017». Una elevada proporción de los directivos españoles (un 43%) cree que el Brexit ya ha reducido la inversión de sus compañías en Reino Unido y el 46% prevé reducirlo en el futuro. Reino Unido es el quinto socio comercial de nuestro país, con cerca del 7% del total de las ventas españolas de bienes al exterior, mientras que el peso relativo de las compras españolas al país británico se sitúa en el 4% del total. Para un 70% de los interrogados, Reino Unido es «importante» para sus negocios y, en consonancia, un 61% cree que un acuerdo de libre comercio con el territorio británico sería relevante para sus negocios. Esta parte, sin embargo, aún no está clara.
La UE y las autoridades británicas mantienen abiertas las negociaciones para perfilar las cuestiones relativas a la separación. Entre otras muchas cosas, los acuerdos afectarán a aspectos como el comercio de bienes, las barreras arancelarias o el IVA, sin embargo, la amenaza de proteccionismo es la principal preocupación para el Banco de España: «si los resultados de la negociación entre el Reino Unido y la UE se plasman en la adopción de barreras comerciales, las empresas españolas que mantienen relaciones comerciales con este país se verían afectadas y se limitarían las posibilidades de penetración para las compañías interesadas en el mercado británico», recoge el regulador.
También por este aspecto ha preguntado Baker McKenzie, a lo que el 87% de los encuestados ha respondido que la UE debería realizar concesiones a Reino Unido para asegurarse una mejor relación comercial con España, si bien sólo un 38% valora que sus intereses están siendo tratados y defendidos en las negociaciones en curso.
Powered by WPeMatico