El Gobierno quiere poner en marcha este mismo año el nuevo marco fiscal con el que busca incrementar los ingresos públicos elevando la presión tributaria sobre las grandes empresas. Para ello, el Ministerio de Hacienda presentará de forma “inminente” un primer paquete de medidas destinadas a elevar el tipo efectivo que pagan las compañías por sociedades, a crear un nuevo impuesto a los servicios digitales de las grandes tecnológicas y a gravar las prácticas contaminantes. La anunciada tasa a la banca, a la que el sector financiero se ha opuesto advirtiendo de que llevaría a encarecer el crédito, se hará esperar, sin embargo, a una segunda fase.
Así lo avanzó la nueva ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en su estreno en la comisión parlamentaria del Congreso de los Diputados que aborda las políticas de su gabinete. “Estamos trabajando ya en la elaboración de unos nuevos Presupuestos Generales más sociales, igualitarios y descentralizados que irradien que otra política es posible”, avanzó. Unas cuentas públicas para 2019 que, adelantó, elevarán el gasto social con el contrapeso de esas nuevas medidas impositivas del lado de los ingresos. “Hablamos de una fiscalidad para el siglo XXI, que asiente las bases una sociedad moderna, sobre los servicios digitales, la banca y el medioambiente”, dijo, aseverando que su objetivo será también poner el foco en luchar contra el fraude fiscal.
La ministra aseguró, eso sí, que el paquete de medidas fiscales no afectará a los ciudadanos, ya que no se tocará el IRPF, ni a los autónomos y las pymes que componen el grueso del tejido productivo español, pues las medidas se centrarán básicamente en las aportaciones de las grandes empresas. Así, por ejemplo, los trabajadores autónomos se verían salvaguardados del proyecto de equiparar la fiscalidad del diésel a la de la gasolina.
Del lado de sociedades, Montero defendió la necesidad de acercar al tipo teórico que deben pagar las empresas (del 25%) el tipo efectivo que acaban pagando tras aplicarse deducciones –que la ministra calcula en el 12%–. La nota de su ministerio planteaba ayer la opción de “ensanchar las bases imponibles y elevar la aportación de las grandes compañías” para lograrlo.
Finalmente, este primer paquete impositivo introduciría una suerte de “tasa Google”, que permita gravar los ingresos de determinadas empresas por la venta de publicidad online, el negocio de intermediación de plataformas digitales en la compraventa de bienes y servicios o la monetización de los datos de usuarios.
“No hay elemento más disuasorio que ver que no todo el mundo contribuye en la misma medida con sus obligaciones fiscales. Y que no se persiga por el Estado”, apostilló anunciando que en las “próximas semanas” traerá a la Cámara Baja un paquete de medidas en este sentido.
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