El Fondo Monetario Internacional ha mantenido sin cambios su pronóstico de crecimiento para España en el 2,8% este año y en el 2,2% para el siguiente, mientras que ha recortado dos décimas la previsión para la zona euro para 2018 hasta el 2,2% y una décima la de 2019 hasta el 1,9%. Así se refleja en la actualización de su informe Perspectivas de la Economía Mundial (WEO por sus siglas en inglés) presentada este lunes por el organismo y que revisa los datos publicados en abril.
De esta forma, los vaivenes políticos que ha vivido España en los últimos meses con la moción de censura, que provocó un cambio de Gobierno exprés, no han alterado las previsiones del Fondo. Eso sí, la economía española mantendrá la tendencia de desaceleración desde que creciera un 3,3% en 2016, después un 3,1% en 2017 y ahora, según las proyecciones, lo hará un 2,8% en 2018 y un 2,2% en 2019. La resistencia de la economía española llama más la atención todavía porque el FMI ha revisado a la baja el crecimiento del conjunto de la zona euro (al 2,2% en 2018 y al 1,9% en 2019) y el de sus principales economías.
De esta forma, el organismo ha recortado a Alemania tres décimas su previsión este año (hasta el 2,2%) y una décima en 2019 (hasta el 2,1%). En el caso de Francia, también ha rebajado tres décimas el crecimiento para 2018 (hasta 1,8%) y otras tres décimas para 2019 (hasta el 1,7%). En Italia, igualmente ha restado tres décimas para el PIB de este año (hasta el 1,2%) y una décima para el siguiente (hasta el 1%).
El FMI ha asegurado en un comunicado que «en medio de las crecientes tensiones sobre el comercio internacional, la amplia expansión global que comenzó aproximadamente hace dos años se ha estancado y se ha vuelto menos equilibrada». A pesar de ello, el organismo ha mantenido la proyección de crecimiento global en el 3,9% tanto para este año como para el próximo, aunque advierte que «el riesgo de empeorar los resultados ha aumentado, incluso a corto plazo».
En general, el crecimiento sigue siendo fuerte en las economías avanzadas, pero se ha desacelerado en muchas de ellas, incluidos los países de la zona del euro, Japón y el Reino Unido. Por el contrario, el Fondo ha destacado que el PIB sigue creciendo más rápido que el potencial y la creación de empleo sigue siendo sólida en Estados Unidos, impulsado en gran parte por los recientes recortes de impuestos y el aumento del gasto público. De hecho, ha mantenido sin cambios los pronósticos de abril y espera que la economía estadounidense crezca un 2,9% este año y un 2,7% el siguiente.
Para las economías avanzadas, el FMI ha previsto un crecimiento del 2,4%, una décima menos de lo que apuntaban en el informe de abril. Para 2019 ha mantenido su pronóstico sin cambios en el 2,2%. Para los mercados emergentes y las economías en desarrollo como grupo, el organismo todavía augura tasas de crecimiento del 4,9% para 2018 y del 5,1% para 2019. Estos números agregados, sin embargo, ocultan cambios diversos en las evaluaciones individuales de los países. Así, por ejemplo, el FMI ha explicado que las interrupciones en el suministro y las tensiones geopolíticas han ayudado a elevar los precios del petróleo, beneficiando a los exportadores emergentes de petróleo (como Rusia y Oriente Medio) pero perjudicando a los importadores (como India).
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