La creación de nuevas sociedades mercantiles en Cataluña ha sufrido un fuerte descenso este año, tras el 1-O y la apuesta de los partidos independentistas por la unilateralidad. Así lo indican los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), difundidos ayer, que indican que en el primer semestre se crearon en Cataluña 9.912 sociedades, un 8% menos que en el mismo periodo del año anterior. Entonces, la cifra se situó en las 10.774 nuevas empresas. Este indicador apunta a un posible efecto del pulso soberanista sobre la economía catalana.
Este deterioro ha sido uno de los mayores entre las regiones españolas, a muy poca distancia de Canarias (donde se crearon un 8,1% menos de empresas que en el primer semestre del año pasado), Baleares (un 8% menos), Castilla y León (7,5%) y Cantabria (7,1%). Sin embargo, los datos de estas regiones son mucho menos significativos, tanto por su menor volumen (entre todas no alcanzan el 60% de las empresas creadas en Cataluña) como por su mayor volatilidad (al tener cifras menores, experimentan variaciones mucho más amplias de forma habitual). En cambio, Castilla-La Mancha, Madrid, País Vasco, Andalucía y La Rioja lideraron el incremento de la actividad empresarial, con incrementos de entre el 3,1% y el 10,5%. Sin embargo, estas cifras no bastaron para compensar la pérdida de pulso que tuvo lugar en Cataluña y otras regiones.
En total, se crearon 53.194 sociedades, apenas trece empresas más que el año pasado, con un capital total desembolsado de 2.693,6 millones de euros (un 8,3% menos que el año anterior), al tiempo que se disolvieron otras 12.119 compañías, un 1,3% más que en el mismo periodo del año anterior. Todo ello, señales que no resultan muy halagüeñas sobre las perspectivas de crecimiento. Sin embargo, este golpe ha sido todavía mayor en Cataluña.
A la menor creación de empresas, hay que sumar una fuerte reducción del capital desembolsado en las nuevas sociedades entre enero y junio (un 27,5% menos que el año pasado), una notable ralentización de las ampliaciones de capital (el dinero invertido cae un 33,9%, hasta los 2.025,1 millones) y un aumento de las disoluciones empresariales del 3,9%, hasta las 1.005 empresas. La difusión de estos datos coincide con la apuesta del presidente de la Generalitat, Quim Torra, por la unilateralidad, aprovechando los juicios a los promotores del referéndum ilegal y de la Declaración Unilateral de Independencia (DUI). Torra y su equipo insisten en restar importancia a las consecuencias económicas del 1-O, especialmente a la decisión de más de 4.500 empresas de trasladar su sede social a otra comunidad autónoma, que el presidente autonómico define como una «operación institucional y mediática para hacer creer que Cataluña no va bien».
El Govern ha dejado claro que no habrá ningún tipo de incentivos fiscales para que regresen las empresas, aunque en los últimos días se ha abierto a hablar con ellas.
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