El ministerio de Economía, dirigido por Nadia Calviño, tiene sobre la mesa el anteproyecto de ley de servicios de pagos (PSD2 en sus siglas en inglés), norma que tiene a toda la industria financiera revolucionada, ya que supone un cambio radical en la banca. El objetivo del ministerio es tramitarla lo más rápido posible. La considera prioritaria.
El hecho de que las entidades tengan que dar acceso a terceros a su infraestructura para compartir los datos bancarios de los clientes que así lo autoricen, ya supone un drástico cambio para el sector que trastoca la principal línea de flotación de la banca, la protección de la confidencialidad. Esto supone la apertura por parte de los bancos de sus servicios de pagos a proveedores denominados técnicamente TPPs (Third Party Payment Service Providers) desde el pasado 13 de enero, fecha en la que entró en vigor parte de la directiva comunitaria que debe aún trasponerse en España.
Esta normativa tiene como objetivo mejorar la relación financiera con el cliente. Aunque la banca también teme un mayor número de incidencias o ciberataques, que forman parte de las alegaciones a la futura norma de origen europeo que realizaron en enero pasado, cuando el Gobierno de Mariano Rajoy puso en consulta pública el anteproyecto. El Banco de España desarrollará una circular para desarrollar algunos puntos de la norma.
La Autoridad Bancaria Europea (EBA en sus siglas en inglés) ya ha comenzado a lanzar directrices para el cumplimiento de la PSD2 y Banco de España, de hecho, ya ha comunicado que va a acatar esas directrices que están relacionadas con el reporte de incidentes graves, y el reporte de fraudes.
Pero esta regulación, según explica Juan José Gutiérrez, director de servicios interactivos de Cecabank, supondrá un giro también para las costumbres del consumidor. “La PSD2 tiene muchas implicaciones para la industria y que paulatinamente irá notando el consumidor. La experiencia del usuario va a cambiar, especialmente en lo que afecta a la autenticación”.
Su opinión coincide con la de otros expertos, quienes aseguran que con esta norma, y dependiendo de la entidad, pedirá unos requisitos u otros para que el cliente autentifique su compra cuando la pague con tarjeta o sobre todo con el móvil. “Esto puede despistar al comprador, por lo que no sería extraño que vuelva a optar por pagar nuevamente con efectivo, al no fiarse o no recordar las exigencias de cada entidad para autentificar su compra dependiendo de la cantidad a pagar”, señala un directivo financiero.
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