La posibilidad de que la Seguridad Social reduzca sus abultados números rojos empieza a enfriarse, a pesar de la buena marcha del empleo y de la recuperación de la economía.
Por el lado de los costes del sistema, los últimos compromisos de gasto pactados entre el anterior Gobierno del PP y el PNV elevaron las pensiones mínimas y asistenciales un 3% y el resto un 1,6% –por encima del 0,25% que marcaba la ley– e incrementaron las pensiones de viudedad. A esto podrían tenerse que sumarse las promesas del nuevo Ejecutivo socialista para subir las pensiones con el IPC. Y casi con toda con toda seguridad, la inflación superará el alza aplicada este ejercicio a la mayoría de los pensionistas (1,6%). Por ello, a fin de año el Gobierno podría verse presionado por la mayoría de los grupos que le apoyaron en la moción de censura y decretar que se les compense lo que resta hasta la subida real de los precios a fin de año. De esta forma, la revalorización final podría rondar el 2%.
Mientras que por el lado de los ingresos, las previsiones no auguran aumentos que permitan no ya solo costear los citados incrementos de gasto sino recortar también el abultado déficit del sistema.
Así, poniendo cifras a este escenario se espera que ya en 2018 se incumpla la primera reducción del déficit que se preveía para este ejercicio. La previsión inicial era que, subiendo un 0,25% las pensiones, el déficit de la Seguridad Social se redujera del 1,6% al 1,4% este año, acortando el volumen del déficit de los 18.800 millones de 2017 a poco más de 17.300. Sin embargo, el mayor incremento de las pensiones aplicado a última hora y una posible actualización con el IPC harán que este ejercicio el déficit sea aún mayor, llegando a rozar o incluso superar previsiblemente 19.500 millones de euros. Es más, las fuentes consultadas calculan que el próximo año los números rojos volverán a incrementarse hasta acercarse al entorno de los 22.000 millones de euros.
¿Cómo se explica este nuevo incremento del déficit? Distintas previsiones apuntan a que, para las cuentas públicas de 2019, el capítulo de gasto de la Seguridad Social podría rondar un incremento de hasta 5,2%. Este porcentaje se desglosaría en un aumento del 2% del efecto sustitución (la cuantía de las nuevas pensiones es mayor que las de los pensionistas que fallecen); un 1,2% de incremento vegetativo en el número de pensiones; y entre un 1,6% y un 2% por el incremento de las pensiones ya pactado y su posible actualización con el IPC.
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