El Gobierno de Pedro Sánchez se muestra dispuesto a negociar una subida de impuestos, sobre todo a las grandes empresas a través de la reducción deducciones, a la banca, a las empresas tecnológicas, y también en gravámenes medioambientales, para lograr el voto favorable de su principal socio parlamentario, Unidos Podemos, a la senda del déficit que ya ha sido tumbada una vez por el Congreso. El grupo parlamentario de Unidos Podemos ha enviado al Ejecutivo un documento de 17 páginas con sus exigencias para «plantearse» apoyar los objetivos de estabilidad presupuestaria y de deuda pública para el conjunto de Administraciones Públicas, que no lograron ser validados por la Cámara baja el pasado julio. Entre las medidas que reclama la formación de Pablo Iglesias al PSOE se encuentra una subida de impuestos a rentas altas y empresas.
El documento llega después de varios contactos al máximo nivel entre los dos partidos. Con él se inicia la negociación. El PSOE no quiere tocar el IRPF, esto es la tributación de las rentas altas, que siempre es un asunto políticamente muy delicado. La negociación en cualquier caso está abierta para aprobar la senda de déficit.
El Ejecutivo respondió rápidamente y de forma positiva al documento de Podemos, ya que conocía su contenido y varias son medidas que el PSOE ha planteado pero que no ha puesto en marcha aún o ha enfriado. Pero también van más lejos con propuestas como la subida del IRPF. Según fuentes de Hacienda, «hay margen para elevar la aportación tributaria de las grandes corporaciones y de sectores que hoy se escapan del radar de Hacienda. Es necesario plantear una fiscalidad del siglo XXI que haga frente a los retos de la globalización y que proteja el medio ambiente».
En el Gobierno, eso sí, dejan claro que no sería una subida generalizada. «Se puede elevar la recaudación sin afectar a la clase media», explican en Hacienda. El Gobierno ya intentó negociar con Podemos la senda de déficit, pero en julio no fue posible. Desde el Ejecutivo trasladan que las relaciones con Podemos son muy buenas en este momento y confían en que se podrá llegar a un acuerdo en las próximas semanas. Además de Podemos, el Gobierno necesita al PNV, ERC y PDeCAT para sacar adelante las cuentas, pero este intercambio de mensajes parece el inicio de una negociación que el Gobierno espera que fructifique para que la legislatura pueda avanzar.
En el documento titulado Dejar atrás la austeridad, Unidos Podemos detalla las propuestas que quiere que el Gobierno acepte, si no en su totalidad, «al menos la mayoría» para reconsiderar su voto en la senda de déficit «como paso previo a la negociación de los Presupuestos Generales del Estado». El pasado julio, se abstuvo junto a ERC y el PDeCAT en el Pleno que debía validar la senda del déficit y esta no salió adelante, con el único voto a favor del PSOE y el PNV. El PP y Ciudadanos votaron en contra.
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