Baleares (+10%), Madrid (+8,9%) y Cataluña (+6,8%) son las autonomías que más han mejorado respecto a 2008. Por contra, Asturias, Cantabria, La Rioja y Castilla-La Mancha no han recuperado sus máximos.
El fuerte crecimiento de los últimos años ha permitido a España recuperar la actividad económica perdida durante la crisis, haciendo que el PIB de 2017 fuera un 4% superior al que había en 2008. Pero esta recuperación no ha sido homogénea en todos los territorios, pues mientras comunidades como Baleares o Madrid consiguieron ya en 2016 volver a sus máximos; Asturias, Cantabria, La Rioja y Castilla-La Mancha todavía se encuentran por debajo de los niveles que tenían antes del final de la burbuja.
Aunque con particularidades propias de cada autonomía, la comparativa entre los datos de 2008 y 2017 muestran un declive de las regiones del noroeste, lastradas por el envejecimiento, frente a la pujanza del arco mediterráneo, gran beneficiado, entre otros factores, del auge del turismo. Los ingresos derivados de esta actividad han sido uno de los principales motores de la economía de las Islas Baleares, que cerró 2017 con un PIB nominal un 10% superior al que tenía en 2008, lo que supone el mayor incremento entre todas las autonomías. En segunda posición se sitúa Madrid, con un aumento del 8,9%. Esto se debe, en primer lugar, a que fue una de las regiones que menos sufrió la crisis, pues hasta 2013 sólo perdió un 4,5% del PIB, mientras España se dejaba un 8%. Pero, además, la política de baja fiscalidad ha permitido que durante los últimos años atraiga cada vez más inversión extranjera.
En tercer lugar, aparece Cataluña gracias a un incremento del 6,8%, al ser una de las principales beneficiadas tanto por el turismo como por la nueva orientación exportadora de la economía española. Los datos positivos en el arco mediterráneo se completan con Murcia, que el año pasado tuvo un PIB un 4,1% superior al de 2008, mejorando ligeramente la media nacional.
La principal excepción en esta área se encuentra en la Comunidad Valenciana, que tiene prácticamente el mismo PIB que hace una década. Esto se debe sobre todo a su fuerte caída durante la crisis, debido al fuerte peso que tenía la construcción en su economía. No obstante, ha sido una de las regiones más dinámicas durante la recuperación y sus previsiones para los próximos años se encuentran por encima de la media nacional. En el otro extremo de la Península se encuentran los datos más negativos, con la caída de Cantabria (-1,5%) y especialmente Asturias (-5,3%), lastradas por una caída de la industria, que contrasta con la subida generalizada en el resto de España. Por contra, Galicia (3,8%) se sitúa más cerca de la media nacional gracias a que ha conseguido elevar en más de un 50% sus exportaciones, impulsada por sectores como el textil, el naval o el automóvil.
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