Da igual que haya crisis o que no; que Internet pase a ser indispensable en las vidas de los ciudadanos, o que haya una gran proliferación de agencias privadas de empleo, los españoles que están desempleados siguen prefiriendo masivamente recurrir a sus amigos, familiares o a miembros de los sindicatos para buscar un puesto de trabajo.
Así lo reflejan los datos oficiales extraídos de la última Encuesta de Población Activa (EPA) que elabora trimestralmente el Instituto Nacional de Estadística (INE). Entre abril y junio pasado había en España 3.490.100 desempleados, según la EPA y ocho de cada diez de estos parados (el 79%) declaraba haber recurrido a sus familiares y amigos para buscar un trabajo. Es, de entre todas las vías de búsqueda de empleo que plantean los encuestadores de la EPA, la más elegida por los parados. Y esto viene siendo así persistentemente desde hace más de quince años según los datos homologados de la serie histórica de la EPA. Siempre son los allegados la opción favorita por un mayor número de desempleados.
Ya ocurría así en 2002 –primer año de esta serie– y también en 2007. En ambos ejercicios fue la vía de búsqueda más elegida de todas; en este caso, por el 68% de los parados en ambos años. Esto ocurría, por tanto, justo antes del estallido de la crisis y cuando el mercado español marcó la tasa de paro más baja de su historia (7,9% en el segundo trimestre de 2007).
Pero también fueron los familiares y amigos los primeros a los que acudieron los parados en el peor momento de la crisis: a principios de 2013, cuando la tasa de paro tocó su máximo (26,9%), el 87% de los más de seis millones de desempleados recurrió a esta vía de búsqueda de un puesto de trabajo, colocándola como la más recurrente de todas.
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