La subida del Impuesto de la Renta de la Personas Físicas (IRPF) que el Gobierno va a analizar junto a Unidos Podemos para lograr el apoyo de este grupo a sus cuentas públicas se concentra en un colectivo muy concreto de la sociedad, el de los contribuyentes que reciben más de 150.000 euros de renta anual. Dentro de este grupo, sin embargo, el impacto no será homogéneo, si no que tendrá efectos dispares en función de la comunidad autónoma en la que resida cada contribuyente.
Esto es así porque la medida que estudia Hacienda supone elevar el tipo estatal actual, situado en el 22,5% para rentas de más de 60.000 euros, hasta el 26,5% a partir de los 150.000 euros, pero a esta cifra hay que sumarle un tipo autonómico que varía en función de la política fiscal de cada territorio. Una vez sumados, el tipo final medio subiría hasta el 50,5% frente al 46,5% actual.
Sin embargo, el impacto final sería más elevado para los residentes en Cataluña, Andalucía, Asturias, Cantabria, Comunidad Valenciana o La Rioja, donde la reforma elevaría el tipo al 52%, dado que estas comunidades aplican un tipo autonómico del 25,5%, superior al del resto de territorios.
Por contra, Madrid sería la región que seguiría manteniendo el tipo máximo del IRPF más bajo del país. Al partir de un tipo autonómico del 21%, las rentas altas de la comunidad solo verían subir el tipo del 43,5% al 47,5%.
Entremedias de estos dos grupos, al alza fiscal plantada dejaría el tipo del IRPF en el 48% en Castilla y León; en el 49% en Galicia, Castilla-La Mancha, o las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla; en el 50% en Murcia; en el 50,5% en Canarias; y en el 51,5% en Aragón, Baleares o Extremadura.
En principio, la medida no tendría impacto para las comunidades forales de País Vasco y Navarra, cuya fiscalidad depende de las diputaciones. Aunque estas suelen reaccionar a los movimientos fiscales del resto del Estado, está por ver cuál sería su reacción ante la entrada en vigor de un alza como esta.
De los cerca de 91.000 contribuyentes con rentas superiores a los 150.000 euros, más de un tercio seguirían beneficiándose del tipo máximo del IRPF más bajo del país, al ser residentes en Madrid. Se trata de más de 36.000 vecinos de la comunidad, que suponen el 1,13% de todos los contribuyentes de la región.
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