El consejero delegado de Banco Sabadell, Jaume Guardiola, también declaró en esta comisión a preguntas de los diputados que las ayudas públicas al sector financiero que no se recuperarán ascenderán a unos 50.000 millones de euros. El «erario público a fondo perdido» será de unos 50.000 millones de euros, manifestó.
Se trata, expuso, de alrededor del 5% del PIB, que comparado con el coste público de la crisis en otros países «a lo mejor no es muy grande». En todo caso, reconoció que «cualquier apelación a los contribuyentes para un rescate del sistema financiero es una aberración». En este sentido, recordó que con la nueva regulación lo que se pretende es tener «suficientes» fondos constituidos en los bancos para poder cubrir las necesidades.
A esta cifra, no obstante, hay que sumar las aportaciones realizadas por las entidades financieras sanas para ayudar a las que tenían problemas, por una cuantía que asciende a 20.000 millones de euros.
Guardiola también ha presumido de la «rapidez» con la que la entidad que preside detectó la dirección de la crisis en 2007 y rediseñó su actividad con un cambio claro en la estrategia corporativa y comercial, que pasaría a centrarse en la captación de depósitos en detrimento de la concesión de créditos.
«Sabadell era un banco muy concentrado en la vida de las pymes y, por tanto, en la concesión de crédito más que en los depósitos. Cuando se cerró la vía de la financiación mayorista, el banco vio la necesidad de adaptarse para incorporar ahorro de depositantes individuales y particulares», ha precisado.
El directivo ha explicado también que el rápido aumento de la morosidad llevó al sector a elevar las provisiones, lo que provocó un «importante» impacto en las cuentas de resultados de los años venideros.
Esta situación, unida al aumento de las ratios de capital requeridas por los reguladores y el mercado llevó a las entidades a iniciar numerosas actuaciones para solucionar esta situación, como la puesta en marcha de varias ampliaciones de capital o la venta de activos para generar capital a través de plusvalías.
Para Guardiola, otro aspecto fundamental en la gestión de la crisis por parte de Sabadell fue la de iniciar la «evacuación a un ritmo elevado» de los activos dudosos o NPLs, tanto adjudicados como propios. Sabadell creó en este sentido unidades especiales como Solvia, que ha gestionado con «éxito» la venta de activos problemáticos a inversores institucionales.
Powered by WPeMatico