La buena evolución de los ingresos públicos provenientes de la renta permite compensar la caída del 14,1% que sufre el impuesto de sociedades, lastrado por el mayor volumen de devoluciones. Aunque en términos homogéneos la comparativa arroja un saldo positivo, el crecimiento de la recaudación de los beneficios empresariales muestra signos de estancamiento, con un alza del 2,3%, en línea con el 2,2% del año pasado y por debajo del 3,2% de enero a julio de 2016.
Por su parte, el cobro del IVA presenta un crecimiento del 3% que se elevaría al 4,1% si no se tiene en cuenta la entrada en vigor del nuevo sistema de información automática SII, hace ahora un año, que retrasó un mes los ingresos derivados del consumo.
Los impuestos especiales, de otra parte, descienden ligeramente (un 0,6%) fundamentalmente por la caída de los impuestos sobre el tabaco (-8,7% en el mes y -3,8% en el año) y el carbón, que cede un 34,6% en julio, con la llegada del verano, y un 18% en el año, por la menor dependencia de este tipo de energía en un ejercicio más lluvioso que el anterior.
El consumo de alcohol, de otra parte, creció un 1,8% en julio si bien arrastra un descenso del 1,7% en el ejercicio, según arrojan los datos de recaudación mientras que resulta llamativo el descenso del 0,8% en la tasa sobre hidrocarburos que se registró en julio pese a ser ya un mes de fuertes movimientos vacacionales (en el año crece un 1,7%).
La evolución es positiva pero las cifras están lejos de la recaudación prevista para todo el ejercicio 2018, que asciende a 233.508 millones, un 6% más que en 2017, con alzas del 6,5% en IRPF, del 5,6% en IVA y del 4,8% en sociedades, aunque este objetivo no se suele cumplir.
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