UGT ha denunciado este sábado, coincidiendo con el décimo aniversario de la caída de Lehman Brothers, que los trabajadores continúan pagando la crisis, en un contexto en el que la economía española se ha debilitado y está expuesta «con mayor facilidad» a los ciclos depresivos. «Llevamos cuatro años y medio de crecimiento, hemos recuperado los niveles de PIB y superado los beneficios empresariales de antes de 2007, pero la crisis sigue pasando factura a las familias», argumenta el sindicato.
UGT subraya que, mientras el IVA recauda un 19,22% más que en 2007 y se ingresa un 11,99% más por IRPF, el Impuesto sobre Sociedades recauda un 37,21% menos «a pesar de que los beneficios han crecido y los salarios han perdido poder adquisitivo». La organización que dirige Pepe Álvarez denuncia en un comunicado que la deuda pública llega actualmente casi al 100% del PIB, frente al 39,5% de 2008, mientras que la tasa de paro se sitúa por encima del 15,3%, frente al 10,4% del segundo trimestre de 2008.
Asimismo, ha hecho hincapié en que la cobertura por desempleo se sitúa en el 60%, frente al 80% que alcanzó en 2010, y que la devaluación de los salarios ha supuesto una pérdida de poder adquisitivo de casi diez puntos. Como consecuencia de todo lo anterior, alega UGT, «la desigualdad y la pobreza han aumentado en España significativamente», pues el 14,1% de las personas con empleo, el 44,6% de los desempleados y el 28,1% de los niños son pobres, y España es el cuarto país de toda la Unión Europea con mayor desigualdad de renta.
Para UGT, se necesita un cambio de dirección en las políticas económicas a fin de conseguir una base económica más fuerte, «que impida que otra crisis pueda azotar a España como lo hizo la anterior». En este sentido, el sindicato apuesta por aumentar los ingresos fiscales y un sistema tributario más justo; elevar las partidas presupuestarias destinadas a inversión en infraestructuras; garantizar las pensiones mediante el establecimiento de un mecanismo de ingresos que asegure su prestación; derogar la reforma laboral, y reducir la precariedad laboral, entre otras medidas.
«Es necesario aprender de los tiempos pasados: el fortalecimiento del tejido productivo, un sector público fuerte y eficiente, unos servicios públicos universales y de calidad, un mercado de trabajo estable y con condiciones dignas y un sistema fiscal que recaude más y que mejore la redistribución de la riqueza, son garantías de una sociedad más justa, con menos desigualdad y menos pobreza, e incrementan la capacidad del país para aguantar mejor los periodos de crisis», concluye.
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