El Banco de España ha constatado este martes que la desaceleración de la economía española se agudiza, revisando a la baja sus previsiones de crecimiento. En concreto, el supervisor bancario ha avanzado que su nueva proyección es un alza del 2,6 % en 2018, el 2,2 % en 2019 y el 2 % en 2020, lo que supone una rebaja de una, dos y una décima, respectivamente frente a sus estimaciones de junio.
El director general de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce, ha aclarado que “la economía no está yendo claramente peor” pero que la “desaceleración de la primera mitad del año” fue peor de la esperada.
De hecho, su previsión es que España culmine el año con un déficit del 2,8%, superando incluso la nueva senda fiscal del Gobierno de Pedro Sánchez, que elevó su objetivo del 2,2% al 2,7% del PIB. El efecto, explican desde el supervisor, se debe fundamentalmente a la disminución del tamaño del PIB, lo que incrementa el peso del déficit, lo que también eleva ligeramente la deuda pública hasta el 98,1% para finales de este año. Arce ha insistido, en todo caso, que lo más importante es cerrar el año por debajo del 3% para salir del procedimiento de déficit excesivo de Bruselas.
Para el Banco de España hay tres Grandes factores que están acentuando la desaceleración. En primer lugar, temen las repercusiones en la economía global de las políticas de proteccionismo comercial de EE UU y la respuesta del resto de mercados. En segundo lugar, el alza de los precios de la energía, especialmente los del petróleo, puede ser un lastre para el actual ritmo de recuperación económica.
Finalmente, el Banco de España expone que la fragmentación parlamentaria actual, en la que el Gobierno solo cuenta con 84 de los 350 diputados, provoca incertidumbre en torno a las políticas económicas y puede ser otra palanca de freno del crecimiento económico.
Sin haber incorporado a sus proyecciones las propuestas de incremento del gasto y alza de impuestos plantados por el Ejecutivo, hasta ver si tienen visos de salir adelante, el supervisor admite que hay dudas sobre su posibilidad de aprobar Presupuestos para 2019, cumplir con los objetivos de consolidación fiscal y acometer reformas estructurales necesarias.
En este campo el Banco de España propone trabajar en mejorar el mercado de trabajo, facilitando la contratación reenfocando las políticas activas sobre parados de larga duración y elevando la exigencia en la gestión empresarial.
Más allá, advierte que no deben darse pasos atrás en las reformas ya realizadas en la crisis que han permitido recupera la confianza internacional. Arce ha citado las de ámbito financiero, de pensiones o laboral.
Finalmente, como ya hizo el lunes, el Banco de España advierte de los riesgos que puede conllevar el alza del crédito al consumo por la amenaza del sobreendeudamiento para las familias.
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