El Gobierno ha admitido que renuncia definitivamente a crear un impuesto específico a la banca, que fue la propuesta fiscal estrella de Pedro Sánchez ya desde la oposición, y la punta de lanza de la reforma tributaria propuesta tras acceder al Gobierno.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha admitido este jueves, sin embargo, que el Ejecutivo ha preferido optar por otras fórmulas tributarias ya existentes al considerar que sería más sencillo, y efectivo, aplicarlas que crear una nueva figura impositiva.
De esta forma, ha explicado en una entrevista en TVE, el Gobierno apuesta por gravar más a la banca que al resto de sectores por el impuesto de Sociedades, estableciendo un tipo mínimo del 18% a partir del cual no podrán aplicarse más deducciones frente al 15% que pretende fijar de forma general.
Además, como ya avanzó la ministra de Economía, Nadia Calviño, el Gobierno se prepara para impulsar en España una tasa sobre las transacciones financieras, que grave la compraventa de acciones, emulando el modelo francés.
Solo una vez aplicados ambos cambios fiscales en 2019, el Gobierno valorará la eficiencia y recaudación lograda y se planteará si resulta necesario o no crear un nuevo impuesto específicamente dirigido a la banca ya de cara al ejercicio 2020.
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