Las ventas de los coches que funcionan con diésel se derrumban en Europa, y España, entre las grandes economías del Viejo Continente, lidera la caída. Así se refleja en un estudio realizado por la consultora Jato, que coloca a Eslovenia como el país en el que más caen las ventas de los automóviles que usan gasóleo hasta julio de 2018, con una pérdida de 14,8 puntos porcentuales en cuota de mercado. España se coloca tercera de todo el continente, con una bajada de 12,6 puntos, superando a Reino Unido (-11,1), Alemania (-8,9), Francia (-7,6) e Italia (-3). A pesar de liderar el derrumbe, España se mantiene aun ligeramente por encima de la media europea en cuota de mercado del diésel. En el país, el 36,9% de las matriculaciones fueron de vehículos de gasóleo, mientras que en el Viejo Continente representaron el 36%.
En solo tres países de la UE el diésel supone más del 50% de la cuota de mercado: Irlanda, Italia y Portugal. La caída en España ha sido constante desde 2012, cuando estos coches suponían el 68,9% de las ventas. Si se tiene en cuenta las fechas del estudio de Jato, que analiza los primeros siete meses del año, las ventas de vehículos diésel en el país pasaron de 384.833 automóviles en los primeros siete meses de 2017, a 318.631 coches hasta julio de este año, según datos de Anfac, la asociación de fabricantes de coches de España. Se trata de 66.000 unidades menos, lo que supone una caída de ventas del 17,2%. Los grandes beneficiados de este paso atrás del diésel son los automóviles de gasolina, que hasta septiembre del año pasado tenían una cuota del 45,7%, frente al 57% actual.
Para Anfac, esta bajada tan pronunciada en comparación con otros países europeos, se debe al “clima de incertidumbre” generado en torno al diésel por las diferencias entre las políticas municipales de restricción de contaminación, a lo que hay que sumar las diferentes voces que han ido pidiendo la eliminación de este combustible. “Sin el gasóleo y sin un plan de desarrollo muy potente del automóvil eléctrico, va a ser muy complicado cumplir con los objetivos de contaminación que se ha marcado la UE”, explican.
El Parlamento Europeo pidió la semana pasada un recorte de las emisiones de CO2 de los vehículos nuevos del 40% para 2030. La Comisión Europea (CE), por su parte, propone unos objetivos de emisiones menos exigentes, un 30% de bajada. “Si se fuerza muy rápido a la industria del automóvil hacia una transición de 0 emisiones, pueden peligrar puestos de trabajo”, aseguró la semana pasada el comisario europeo de Acción por el Clima y Energía, Miguel Arias Cañete. Si al final, se impusiera la posición del Parlamento Europeo, la CE calcula que podrían peligrar 12.000 puestos de trabajo.
“Después de los mensajes continuos y poco claros de varios Gobiernos que generaron momentos de pánico entre los consumidores, la demanda de diésel no ha dejado de perder terreno. Este año, en marzo, la cuota de mercado del diésel registró el valor más bajo de los últimos dos años. Sin embargo, nuestros datos muestran que la caída se ha estabilizado desde entonces, principalmente porque este tipo de combustible sigue siendo una opción válida entre muchos consumidores”, aseguran desde Jato. Y, en consonancia con Anfac, explican que “si la demanda de diésel continúa cayendo sin un fuerte aumento en la demanda de vehículos de combustible alternativo, habrá un mayor efecto negativo en la huella de carbono de Europa”.
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