Tan solo un día después que el Ejecutivo de Pedro Sánchez y Unidos Podemos anunciaran una subida histórica del salario mínimo como parte del pacto para intentar sacar adelante los presupuestos de 2019, el FMI recomendó este viernes al Gobierno ser “cuidadoso” a la hora de llevar a cabo incrementos salariales, y lamentó que no se haya aprovechado lo suficiente el ciclo expansivo de la economía para ajustar las cuentas.
En plena asamblea anual en Bali (Indonesia), el director del Departamento de Europa del FMI, Poul Thomsen aconsejó al Ejecutivo “ser cuidadoso con los salarios mínimos”, ya que estos pueden desincentivar la contratación y “excluir a la gente del mercado laboral”. Este jueves, el Gobierno y la formación liderada por Pablo Iglesias pactaron la mayor subida del salario mínimo de la democracia, un 22,3% en un año, pasando de los 735,9 euros actuales a los 900 en 14 pagas en 2019. No obstante, Thomsen reconoció que era una medida con “justificación por cuestiones sociales” y llamó a encontrar un equilibrio entre ambas cuestiones.
El responsable del FMI para Europa también criticó que España no hubiera tomado las suficientes medidas de ajuste estructural aprovechando la buena coyuntura económica: “Desafortunadamente, desde 2015, el crecimiento ha sido superior al esperado y el paro ha caído de manera sostenida, pero España no ha reconstruido su espacio fiscal”. El mismo día en el que S&P rebajó una décima su previsión de PIB de España este año –al 2,7%–, el FMI insistió en la necesidad de llevar a cabo políticas fiscales contracíclicas, es decir, aprovechar los periodos económicos expansivos para contraer el gasto. Justo lo contrario de la intención del Ejecutivo, a cuya previsión de déficit del 2,7% del PIB para este año se añade un pacto presupuestario que elevará el gasto público en más de 5.000 millones. El FMI, de hecho, ya anunció a principios de la semana, que no preveía que el déficit español bajara del 2,3% en cinco años, lejos de las estimaciones hechas por el anterior Gobierno y el actual.
Las proyecciones económicas del organismo de inicios de la semana también fueron un toque de atención a las políticas proteccionistas de Estados Unidos: rebajó una décima su previsión de crecimiento para el país hasta el 2,5% en 2019, y dos décimas el PIB mundial, hasta el 3,7%, por la escalada de la guerra comercial. Una advertencia a la que EE UU ha hecho oídos sordos. Este mismo viernes, el secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, insistió ante la asamblea del FMI que su país continuará “sus esfuerzos para enfrentarse a las prácticas comerciales restrictivas en todo el mundo que impiden el crecimiento más fuerte y equilibrado en EE UU y a nivel global”. Mnuchin alentó a otros países a “examinar sus políticas y dar pasos para ayudar a reequilibrar las relaciones comerciales globales”. Volvió a insistir en que el objetivo de su Administración es “alcanzar un comercio más libre, justo y recíproco y asegurar un campo de juego más equilibrado para las empresas estadounidenses” con “todos nuestros socios, incluida China”, puntualizó.
Tras las palabras del responsable del Tesoro, el G20, que también se reúne esta semana junto al FMI en Bali, llamó al diálogo y urgió a EE UU y a China a solucionar sus enfrentamientos comerciales con rapidez, ya que estos están minando la confianza de los mercados y elevando la volatilidad. “El comercio internacional es un importante motor de crecimiento, y necesitamos resolver las tensiones que están afectando de manera negativa a la confianza de los mercados y aumentado la volatilidad financiera”, afirmó Nicolás Dujovne, ministro de Hacienda de Argentina, país que ocupa la presidencia del G20. La escalada de las tensiones comerciales entre ambas potencias está centrando las cumbres de ambos foros, que se prolongarán hasta este domingo.
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