El Gobierno de Sánchez pretendía obtener alrededor de 4.000 millones de euros por la subida del impuesto de sociedades a las grandes empresas, pero al final limita la subida a 1.800 millones. Y existen serias dudas de que se alcance esa cantidad. La subida del IRPF también ha quedado afeitada respecto a la intención original.
«Esta subida (la del IRPF para rentas altas) solo afectará al 0,5% de los contribuyentes españoles. O lo que es lo mismo, el 99,5% de los ciudadanos no pagarán más por el IRPF, y, sin embargo, verán mejorado el Estado de bienestar», explicó la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, tras el Consejo de Ministros.
Según las estadísticas tributarias, hay alrededor de 100.000 contribuyentes de los que declaran ganar más de 130.000 euros en España, de los más de 19,6 millones de declaraciones totales (91.408 contribuyentes declaran más de 150.000 euros). Es decir, el 0,5%.
«Con esta reforma estamos pidiendo a las grandes rentas que aporten un poco más», agregó. La ministra de Hacienda más política de las últimas décadas recurrió a un ejemplo para ilustrar el alcance de la medida: «Un contribuyente que gane 200.000 euros pagará unos 1.100 euros más al año por el IRPF».
La subida del IRPF para rentas altas consiste en un incremento de dos puntos en la escala de gravamen a partir de los 130.000 euros, y cuatro puntos a partir del tramo de renta que exceda de los 300.000 euros. Esto situaría en el 47%, con carácter general el tipo máximo para las rentas superiores a 130.000 euros, y de 49% para los que superen los 300.000. Si las comunidades autónomas replican la subida del Gobierno estos gravámenes podrían alcanzar el 49% y el 51% respectivamente. Aun así, los tipos del IRPF serían inferiores a los que estuvieron vigentes entre 2012 y 2015 cuando en lo peor de la crisis el Gobierno aprobó un gravamen complementario que elevó el IRPF al mayor nivel desde los ochenta.
En la propuesta original del PSOE, que estuvo circulando hasta hace pocas semanas, se preveía un gravamen adicional de cuatro puntos en el IRPF para las rentas superiores a 140.000 euros. Pero el pacto suavizó el impacto de la subida dividiéndola en dos tramos.
Montero detalló el jueves otras de las subidas tributarias incluidas en el acuerdo con Podemos. Cifró en 5.678 millones de euros los ingresos adicionales por estas medidas fiscales. Aunque empiezan a arreciar las voces que dudan que se pueda conseguir esa cifra de recaudación. Y apuntan al déficit ante la dificultad de financiar el aumento de gasto con las medidas propuestas.
El tipo máximo aplicable a las rentas de capital del IRPF, que gravan los rendimientos de los depósitos bancarios, dividendos y otros ingresos financieros, subirá hasta el 27%. “Esta medida solo afecta al 0,1% de los contribuyentes. No hay, por tanto, subida de impuestos para la clase media y trabajadora», remarcó Montero.
Respecto al impuesto de sociedades, la ministra subrayó: «Pedimos a las grandes empresas una mayor contribución a la sociedad». Y sumó: «El Gobierno no subirá los impuestos a las pequeñas y medianas empresas. Todo lo contrario». En realidad, el acuerdo suscrito entre los dos partidos políticos de izquierda fija un tipo mínimo del 15% sobre la base imponible positiva en el impuesto sobre sociedades. La medida se aplicará para las empresas que consoliden en grupo o las que facturen más de 20 millones de euros. El tipo medio efectivo para estas empresas ya está en el 19%.
En España hay 1.485.102 empresas que liquidan el impuesto de sociedades. Unas 15.000 declaran más de 20 millones de euros. Es decir, que la subida fiscal a las empresas solo afecta al 1% de las compañías.
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