El Gobierno de Pedro Sánchez ha rebajado una décima su previsión de crecimiento económico para 2018 y para 2019, hasta el 2,6% y 2,3%, respectivamente, según el cuadro macroeconómico incluido en el borrador del proyecto presupuestario que el Ejecutivo enviará hoy a Bruselas tras su aprobación en una reunión extraordinaria del Consejo de Ministros. Sin embargo, el Ejecutivo está convencido de que pese a esa desaceleración hay margen suficiente con las subidas de impuestos que ha pactado con Unidos Podemos para poner en marcha en 2019 el aumento de gasto acordado con esta formación.
En la comparecencia en una rueda de prensa de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y la titular de Economía, Nadia Calviño, para explicar el boceto de las cuentas, se trasladó un optimismo muy evidente. Ambas insistieron en que se puede cumplir a la vez con los ciudadanos y con las demandas de Bruselas, que exige reducir el déficit estructural. «Que quede claro, le damos a Bruselas la reducción del déficit estructural que nos pide», dijo Montero.
El Gobierno es muy optimista sobre la aprobación de estos Presupuestos, que después del pacto con Podemos dependerá sobre todo de ERC y PDeCAT. El Ejecutivo explicó que estas cuentas «son valientes y cambian el paso» y dejan atrás la austeridad, por lo que confía en que se impongan por su propio peso y presionen a los catalanes para dejar de condicionar su apoyo a la posición de la fiscalía en el juicio del proceso. «El estado de derecho se basa en la división de poderes y las autoridades catalanas lo saben», explicó la portavoz, Isabel Celaá, que insistió en trasladar optimismo.
«Llevamos años escuchando que la crisis había pasado, ha llegado el momento de que los españoles lo noten», sentenció Montero al explicar unas cuentas que suponen un aumento de gasto de 5.000 millones. El Gobierno envía a Bruselas un plan presupuestario basado en un déficit del 1,8% para 2019, que era lo negociado con la Comisión, pero Montero admite que, si no se desbloquea la ley de estabilidad presupuestaria antes de la presentación de los Presupuestos, el Gobierno aplicará la senda de déficit marcada por el PP, más restrictiva sobre todo para comunidades autónomas y ayuntamientos
La moderación de la previsión del PIB que marca el Gobierno llega por el ajuste del sector exterior, que restará una décima al crecimiento previsto para este año y no aportará nada al de 2019 —frente a las dos décimas que sumaba cada año según sus anteriores previsiones—. Esto es consecuencia de las peores perspectivas de las exportaciones, que moderará su crecimiento este año 1,5 puntos, hasta el 3,2%, y el que viene 1,1 puntos, hasta el 3,4%, según las previsiones del Gobierno. «Tenemos que seguir de forma muy atenta los mercados internacionales. Todo tipo de desarrollos que puedan suponer un riesgo a la baja en el crecimiento. Parte de estas amenazas ya las hemos incorporado como hechos para que nuestras previsiones sean lo más prudentes posibles», ha dicho Calviño.
España debe enviar este lunes el borrador de los Presupuestos de 2019 a Bruselas, ya que esta noche termina el plazo para que los países de la UE envíen sus cuentas de 2019 a la Comisión Europea. El brazo ejecutivo de la UE vigilará el ajuste estructural que debe hacer España. Fuentes comunitarias habían advertido de que la línea roja pasa porque las cuentas, pactadas con Podemos, tuviesen una cierta reducción del déficit estructural, que el Ejecutivo ha anunciado que será del 0,4% del PIB este año.
Las importaciones, según el borrador del Ejecutivo, también se contraerán, seis décimas este año hasta crecer el 4%, y cuatro décimas el que viene, hasta el 3,8%. Las proyecciones del Gobierno respecto a la demanda nacional mejoran, con una aportación al PIB que se elevará dos décimas en 2018 y una décima en 2019. La previsión del Gobierno contempla una moderación del gasto en consumo de dos décimas este año y una el que viene, mientras que la inversión aumentará 1,1 puntos más de lo anteriormente calculado en 2018 y cuatro décimas más en 2019.
Con estas cifras, la tasa de paro se mantiene en línea con las anteriores previsiones del Gobierno, en el 15,5% de la población activa en 2018 y en el 13,8% en 2019. El deflactor implícito del PIB (inflación) se situará en el 1,3% en 2018 (dos décimas menos de lo anteriormente previsto) y en el 1,8% en 2019 (una décima más). Según ha explicado la ministra de Economía y Empresa, Nadia Calviño, las previsiones de deuda respecto al cierre de 2017, cuando se situó en el 98,3 %del PIB, se situará en el 95,5% a finales de 2019.
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