En los profesionales y las organizaciones ha arraigado la idea de que hay que hacer y cambiar muchas cosas, pero, a la vez, nadie se atreve a pronosticar cómo será su propio negocio dentro de cinco o diez años. En este contexto de hiperactividad, desorientación y, por qué no decirlo, algo de temor, el V Legal Management Forum volvió a servir para alumbrar los desafíos que a corto y medio plazo deben encarar los despachos para enfrentarse a un entorno cada vez más competitivo. Como el camarón, quien se duerma puede verse arrastrado por la corriente. «Hoy, la prioridad es sobrevivir, no tener éxito», advirtió la gurú estadounidense en la gestión de despachos Susan Hackett, CEO de Legal Executive Leadership.
El encuentro puso de relieve la importancia que la tecnología tendrá en el imprescindible paso adelante que han de dar los bufetes. Pero no es el único factor que deben contemplar las firmas. La innovación también debe extenderse a los procesos internos, a la relación con los clientes, a los productos y servicios ofrecidos y, además, a la configuración de las plantillas. Una mejor gestión pasa por fichar y dotar de capacidad de decisión a profesionales no juristas que aporten habilidades y conocimientos distintos a los de los abogados.
Los más de mil asistentes que se dieron cita en el encuentro conocieron de primera mano algunos de los nuevos modelos de negocio que, apoyados en la tecnología, han logrado hacerse un hueco en el sector jurídico. Los representantes de varias startups legales y empresas dedicadas a ofrecer servicios de gestión relataron cómo aún detectan «resistencia» y «recelos» en los bufetes. Unos frenos que, sin embargo, no tienen las asesorías jurídicas internas de las empresas o las áreas jurídicas de las grandes consultoras (las big four), que, a día de hoy, constituyen una amenaza para las firmas legales.
Durante la inauguración del encuentro, que contó con la presidencia de honor del rey Felipe VI, el secretario de Estado de Justicia, Manuel Dolz, tendió la mano a profesionales y organizaciones jurídicas para abordar las reformas que impone la digitalización. «Es necesario un marco jurídico adecuado que reconozca los derechos y deberes de la era digital, así como la ciberseguridad y la protección de datos, garantizando la seguridad jurídica en un entorno cambiante», manifestó.
Dos profesionales ajenos al mundo del derecho, pero expertos en el ámbito de la tecnología como Carles Grau, CEO de Mobile World Capitaly, y Bernardo Hernández, presidente de Citibox, se atrevieron a hacer algunas predicciones sobre los cambios que experimentará el sector legal.
Grau aseveró que los nuevos desarrollos de legaltech, inteligencia artificial o machine learning permitirán reducir entre un 30% y un 40% la carga de trabajo de los profesionales. Asimismo, vaticinó que los clientes exigirán más transparencia a las firmas, que tendrán que dar una información mucho más detallada sobre en qué punto se encuentran los procesos, qué motiva sus decisiones o quién está encargándose de cada aspecto del trabajo.
Hernández, por su parte, recomendó a las firmas no pretender aspirar a ser las autoras de los desarrollos tecnológicos, sino apoyarse en avances que ya existan en el mercado, pero «eligiendo una ventaja competitiva clara y determinante». «Se pueden hacer mil cosas, pero es mejor elegir solo una y hacerla bien», y para ello, concluyó, se requiere dedicarle los recursos (en tiempo y dinero) suficientes.
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