En octubre, se generaron 250.000 puestos de trabajo, por encima de las expectativas de los analistas, que apuntaban 180.000 nuevos empleos. Con esta cifra, la tasa de desempleo se mantiene en el 3,7%, lo que marca el menor porcentaje en 49 años. Se trata del mes número 97 que registra crecimiento de puestos de trabajo, el periodo más largo de la historia.
Los salarios, además, han experimentado un impulso del 3,1% en octubre respecto a hace un año, hasta 27,3 dólares la hora, lo que supone el mayor crecimiento desde abril de 2009. Al incremento de las nóminas ha ayudado la decisión de grandes empresas como Amazon y Walmart, dos de los mayores empleadores de Estados Unidos, de elevar el salario mínimo a todos sus trabajadores en el país.
La apatía de los sueldos era una de las grandes preocupaciones de los analistas, ya que no se correspondía con una economía en crecimiento y con un mercado laboral en pleno empleo. Ahora, el nuevo escenario de robustez aboca a Estados Unidos a una nueva subida de los tipos de interés en diciembre, que sería la cuarta en lo que va de año. Las tasas permanecen hoy en una horquilla de entre el 2% y el 2,25%.
El endurecimiento de la política monetaria preocupa a los mercados y es una de las grandes razones que explican la volatilidad de Wall Street durante las últimas semanas. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ha mostrado también muy crítico con los planes de la Reserva Federal (Fed) de seguir subiendo tipos porque teme que suponga un freno a la expansión económica.
El banco central americano, no obstante, insiste en su estrategia, que justifica en el fuerte crecimiento económico y en que, después de diez años de crisis y de dinero gratis, las tasas aún permanecen por debajo del nivel considerado neutral, que es aquel en el que la economía no necesita ni estímulos ni frenos por parte de las autoridades.
La subida salarial está ayudando, además, a que la inflación se consolide en el entorno del 2% que persigue la Reserva Federal, a cuyo frente se encuentra Jerome Powell desde marzo. El máximo gobernador de la Fed fue designado por Trump, quien ahora asegura sentirse decepcionado con su política de subida de tipos.
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