Los ministros de Economía y Finanzas se reúnen este lunes para cerrar los detalles de la reforma de la eurozona sobre las que hay más consenso entre las capitales, como la ‘red de seguridad’ de la unión bancaria, pero con pocas esperanzas de sacar adelante el presupuesto específico de la moneda única y el fondo europeo de garantía de depósitos. Los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona (el Eurogrupo) esperan cerrar mañana el acuerdo para reformar la Unión Económica y Monetaria, de modo que los líderes europeos puedan dar luz verde en su cumbre de este mes a las medidas destinadas a mejorar la respuesta ante futuras crisis.
Los ministros abordarán, asimismo, las opiniones de la Comisión Europea sobre los planes presupuestarios de los Estados miembros, en particular el de Italia, después de que Bruselas haya pedido abrir un expediente sancionador al país por su elevada deuda pública. Los líderes la Unión Europea encargaron a sus ministros en junio pasado dar un impulso a la reforma de la eurozona y, desde entonces, estos han negociado el paquete de acciones que esperan concluir este lunes.
El Eurogrupo prevé presentar un acuerdo sobre los dos puntos que partían con más consenso: la puesta en marcha del cortafuegos del Fondo Único de Resolución bancaria, destinado a evitar que el contribuyente pague en caso de quiebras, y la reforma para dar más poder al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el fondo de rescate europeo. Sobre el cortafuegos, existe acuerdo para que el MEDE proporcione los fondos y se plantea adelantar su entrada en vigor -prevista para 2024- posiblemente a 2021, aunque este punto no está cerrado.
En cuanto al MEDE, se aprobará darle más poder en la vigilancia económica de los países, para lo que ha llegado a un acuerdo de cooperación con la Comisión, que ahora tiene exclusivamente esta competencia. También buscarán hacer más eficaces las líneas de crédito precautorias que pueden solicitar los Estados en dificultades pero que no necesitan un rescate. Queda por concluir la cuestión de cómo actuar cuando haya dudas sobre si la deuda de un Estado en problemas será sostenible: existe consenso para facilitar su reestructuración si es necesaria, pero hay capitales que piden un mayor automatismo para aplicar esta medida si no hay garantías sobre la capacidad de repago del país.
Se trata de la «Nueva Liga Hanseática» capitaneada por Holanda con Finlandia, Suecia, Dinamarca, Estonia, Letonia, Lituania, Irlanda, República Checa y Eslovaquia. También queda abierta la cuestión de un posible presupuesto para la eurozona, que no genera consenso y deberá seguir debatiéndose en 2019.
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