Este 2019 prevé una reducción “significativa” de las emisiones de deuda destinadas a la financiación de las comunidades autónomas. Eso fue lo señalado ayer por el secretario del Tesoro y Financiación Internacional, Carlos San Basilio, que apuntó a un recorte del 40% de los fondos destinados a los diferentes mecanismos de financiación autonómica, pasando de los 15.000 millones de 2018 a los 9.000 millones que se prevén para este ejercicio.
Esta reducción obedece a tres factores: la caída del déficit de las comunidades, los menores vencimientos a los que tienen que hacer frente y la salida al mercado de algunas regiones como de Andalucía y Baleares, las dos primeras comunidades acogidas al Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) que en 2018 emitieron de 600 y 500 millones, respectivamente. El responsable del Tesoro espera que en los próximos meses repitan la experiencia e incluso se muestra optimista con la posibilidad de que eleven los importes.
San Basilio aseguró que existen otras comunidades candidatas que reúnen las condiciones de rating y estabilidad necesarios. Eso sí, todas aquellas que estén interesadas en probar suerte en el mercado deberían haber presentado antes del 30 de noviembre un Plan Plurianual de Endeudamiento (PPE). No obstante, afirmó que si alguna comunidad no lo ha hecho “a lo mejor se podría poner en marcha un mecanismo adicional para que lo hagan”.
El secretario del Tesoro añadió que existe margen para que las comunidades, Hacienda y el Tesoro discutan la aplicación de medidas para cumplir con la reclamación “tradicional” de las regiones de alargar los vencimientos. “No hay propuestas concretas para este tipo de medidas que resultarían un alivio de la deuda”, sentenció.
Se espera que a lo largo de los próximos meses el Tesoro continúe reduciendo sus necesidades de financiación, así como el coste de la deuda, todo ello combinado con una ampliación de la base inversora que profundice en la desarticulación del vínculo entre bancos españoles y deuda soberana. La tenencia de las entidades de crédito se sitúa en la actualidad en el 16,9% lejos del 30% que llegó a registrar en 2011 y 2012. Por su parte, los inversores extranjeros son propietarios a día de hoy del 44,8%, un reflejo del apetito de por el papel español y la confianza en la economía española. El Tesoro cifra en 35.000 millones las emisiones netas, una estimación que califica de conservadora. De hecho, San Basilio espera repetir la experiencia de este año y que al cierre del ejercicio las emisiones netas se sitúen por debajo de esta barrera.
La emisión bruta del Tesoro alcanzará los 209.526 millones de euros, un 1,6% inferior a 2018. «Desde 2012 la emisión neta se ha reducido en un 64,5% y la bruta en un 14,7», recoge el Tesoro en la presentación de la estrategia de financiación. La financiación neta se obtendrá a través de instrumentos a medio y largo plazo mientras las letras aportarán una financiación nula.
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