La jornada inaugural de la 49º edición del Foro de Davos sirvió ayer como escaparate para reabrir los dos grandes debates que tienen en vilo al sector bancario: la competencia con las fintech y las fusiones como vía para ganar tamaño y ser más competitivas. En el informe Estado de la industria de servicios financieros 2019, elaborado por la consultora Oliver Wyman, presentado ayer en el Foro Económico Mundial de Davos, la recomendación es clara: solo sobrevivirán en el entorno digital aquellas que generen negocios digitales al margen del tradicional bancario. Dicho de otra manera, insta a la banca a crear sus propias fintech para subsistir en un entorno de permanente transformación digital.
El socio director y responsable global de servicios financieros de Oliver Wyman, Ted Moynihan, apuntó durante la presentación del informe que los procesos «aún son demasiado manuales» en una industria cuyo producto es electrónico. «Las empresas establecidas han de librarse de las ataduras de su infraestructura heredada y embarcarse en un viaje al futuro sin trabas», señaló en su exposición, recogida por EP. Y para ello citó algunos ejemplos de bancos que han apostado por impulsar ese tipo de estructuras. Es el caso de RBS Group, que lanzará próximamente Bó, una oferta digital construida con nueva tecnología en menos de 12 meses; el National Australia Bank (NAB), que ha implantado QuickBiz, una solución completamente digital de préstamos sin garantía; la aseguradora alemana Ergo, que ha creado Nexible, una fintech de su negocio de seguros de automóviles, o Goldman Sachs, que lanzó recientemente Marcus en EE UU y Europa con el fin de entrar en banca minorista.
El estudio subraya que esa manera de operar les proporciona las mismas ventajas que los nuevos operadores digitales y que además las entidades tradicionales cuentan con recursos y una base de clientes de los que carecen los negocios nativos digitales. Frente a aquellos que denuncian el elevado coste de la adaptación a la nueva realidad digital, el estudio de la consultora considera que es asequible y que es una manera de ofrecer una propuesta de valor al cliente para igualar o superar a estos competidores.
De esta manera consideran que la puesta en marcha de las nuevas plataformas bancarias y de seguros se pueden construir en un año a un coste de entre 10 y 60 millones de dólares (entre 9 y 53 millones de euros) utilizando las nuevas tecnologías, una plataforma abierta y servicios de terceros. Pablo Campos, socio director de Oliver Wyman en España, recalcó que las entidades que sean capaces de integrar «lo nuevo» con las ventajas de «lo existente» serán las que sobrevivan e incluso «ganen» en el futuro.
En este contexto de transformación, la fusión con otras entidades es otro de los ejes que se incluye en los planes estratégicos de la banca, especialmente en la Unión Europea. Buena prueba de ello se produjo en la intervención del consejero delegado y presidente de Bank of America, Brian Moynihan, en Davos que ve muy posible que surja en Estados Unidos una gran entidad financiera capaz de competir con las más grandes del sector y que sea fruto de un proceso de fusiones. «Se trataría», explicó, «de un proceso inédito en EE UU, al contrario de lo que ha ocurrido en Europa, donde las fusiones bancarias se han sucedido impulsadas por los organismos reguladores». En contra de la opinión de muchos directivos del sector financiero, Moynihan se mostró partidario de contar con una adecuada regulación, o de lo contrario los clientes pueden perder sus ahorros. «Es lo mismo que pasa cuando no se ponen controles de velocidad en las carreteras», aseguró.
En su opinión, la idea de tener servicios financieros no regulados para mejorar la competencia solo conduciría a mayores pérdidas. En la mesa redonda en la que participó Moynihan, que abordó la competencia en el sector financiero, intervino también el presidente del banco de inversión Blackstone, Stephen Schwarzmann, una de las pocas personas con línea directa con el presidente de EE UU, Donald Trump. Este último apeló a la necesidad de instaurar la educación digital de forma obligatoria, lo que mejorará las posibilidades de las empresas, pero también reducirá las desigualdades que tienen las personas en términos de oportunidades de trabajo.
En el campo de las fusiones entre bancos, la que estuvo en boca de todas las mesas redondas de Davos es la posible integración entre Deutsche Bank y Commerzbank, primer y segunda entidades alemanas por tamaño, que crearía un coloso europeo. Sería la tercera entidad más grande de Europa, con unos activos de 2 billones de euros, solo por detrás del HSBC y BNP Paribas. En esta fusión tendrán un papel protagonistas el Ejecutivo alemán, el mayor accionista del Commerzbank, con un 15% del capital.
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