El BCE estrena 2019, y un ‘nuevo ciclo’ tras el fin de las compras de deuda, con una reunión que está marcada por la creciente convicción de un nuevo retraso en los plazos previstos para la subida de tipos. El Brexit y el freno en la economía y en la inflación apuntan a un tono más prudente aún en el discurso de Mario Draghi.
Unos meses atrás parecía impensable que el Banco Central Europeo llegara a la primera reunión de 2019 con los mercados cada vez más escépticos ante la posibilidad de que la subida de los tipos de interés se produzca antes del cierre del ejercicio. El propio BCE sorprendió incluso cuando aseguró que el repunte no llegaría antes del verano de 2019. Los mercados, entonces, daban por hecho que la subida tendría lugar entre septiembre y octubre de 2019.
A día de hoy, los analistas ven cada vez más probable que la subida se retrase a 2020. Los mercados ya han descontado este nuevo escenario. El euro ha debilitado su remontada hasta el nivel de los 1,13 dólares, y los intereses de la deuda cotizan en mínimos desde el pasado verano. La rentabilidad exigida al bono español a diez años se ha desinflado hasta el 1,30%, sus cotas más bajas en seis meses, lejos del 1,70% que llegó a superar el pasado mes de octubre.
«Una creciente mayoría de inversores ya espera que el BCE no suba los tipos de interés hasta 2020», aseguran los analistas de Bank of America-Merrill Lynch. Desde Julius Baer también señalan que es previsible que los tipos de interés no registren cambios durante este año. Los analistas de Bank Degroof Petercam apuntan en esta línea que «la debilidad de los datos macroeconómicos a ambos lados del Atlántico está provocando que los analistas sean mucho más cautos en sus previsiones de subidas de tipos para este 2019».
Durante los últimos meses, los datos macro han reforzado los síntomas de desaceleración económica. Las alertas sobre una guerra de aranceles, aunque más contenidas, siguen latentes en los mercados. Y la incertidumbre se dispara ante el incierto rumbo que podría tomar el proceso del Brexit. Con este panorama, no es extraño que los analistas den por hecho que Mario Draghi utilizará en la reunión de hoy un tono más prudente aún que en sus últimas intervenciones.
El balance de los datos macro se ha deteriorado desde la reunión de diciembre, apuntan desde Bank of America-Merrill Lynch, de ahí que los inversores hayan descontado ya un tono más comedido en la rueda de prensa de Mario Draghi. El impacto de la reunión sobre el cruce del euro, añaden, podría ser por tanto limitado. El sesgo más prudente al que recurrirá el presidente del BCE en su rueda de prensa no supondrá un cambio en su política monetaria, según destacan desde la firma estadounidense. «No esperamos ningún cambio drástico» en la reunión de hoy, sostienen desde Bank of America-Merrill Lynch, y aplazan a marzo, coincidiendo también con una fecha clave en el Brexit, la posibilidad de que el BCE introduzca variaciones más destacadas en su hoja de ruta.
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