La ley europea advierte que aquellos países que el “1 de enero de 1991 concedían exenciones con derecho a deducción del IVA (…) o aplicaban tipos impositivos reducidos inferiores al mínimo establecido podrán mantenerlos”. Este es el caso de Francia, que sí tiene productos que tienen una tasa superreducida, así como España (4%), Irlanda (4,8%), Italia (4%) y Luxemburgo (3%). De hecho, en el país galo existen cuatro tipos de IVA: uno general del 20%, dos reducidos del 10%, y del 5,5% y el superreducido del 2,1%.
Se confirma que en Francia sí hay productos considerados de primera necesidad (o “por razones de interés social bien definidas y en favor de los consumidores finales”, según especifica la directiva) que tienen un tipo superreducido: alimentos destinados al consumo de charcutería, productos farmacéuticos (como medicamentos), la prensa escrita, los espectáculos de teatro y las licencias de televisión.
El pan, la leche, los huevos, la fruta, la verdura, los tubérculos y los cereales, y también las medicinas o vehículos para personas con movilidad restringida, los periódicos y los libros disfrutan del IVA superreducido Si bien es cierto que la directiva incluye una lista poco flexible de productos que pueden tener un IVA reducido pero no más bajo del 5%: tales como “el suministro de agua, equipos médicos, transporte de personas y equipaje, prestación de asistencia sanitaria y dental, o los utilizados normalmente para el cuidado de la salud, la prevención de enfermedades y tratamiento con fines médicos o veterinarios, incluidos los contraceptivos y los productos de higiene femenina”, entre otros. De hecho, en España también existen productos de primera necesidad con un IVA superreducido: el pan, la leche, los huevos, la fruta, la verdura, los tubérculos y los cereales; también las medicinas, o vehículos para personas con movilidad restringida, los periódicos o los libros (en papel y formato electrónico).
El argumento de que “la UE prohíbe bajar el IVA” que alega Le Pen se pone en duda. La Comisión Europea presentó en enero de 2018 una propuesta para dar “más flexibilidad en los tipos del IVA” y acabar con la lista restringida a algunos productos. Bruselas ha propuesto que haya bienes y servicios (como el tabaco, el alcohol o los móviles inteligentes, y que no son considerados de primera necesidad), que siempre tengan un IVA fijado en el 15% o superior. Para el resto de productos, cada país tendrá libertad para decidir cuál es el impuesto que quiera aplicar a los bienes y servicios, aunque no podrá haber más de cinco tipos distintos. Es decir, podrá haber algunos productos con 0%, que estén exentos y otros con un IVA reducido. Así, se ponen fin a un sistema que funciona a través de excepciones, defienden en el Ejecutivo.
El comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, lamentó que existiera una normativa que “no se adaptara a los tiempos” y por ello pidió a los países “cambios”. “Las normas comunes de la UE en materia de IVA (…) ya no se adaptan a la situación y son demasiado restrictivas. Dichas normas permiten a los Estados miembros aplicar tipos del IVA reducidos únicamente a unos cuantos sectores y productos”, reconoció el Ejecutivo comunitario cuando puso sobre la mesa la reforma. “Estas propuestas darán a los países de la UE una mayor libertad para aplicar tipos reducidos del IVA a productos o servicios específicos”, defendió Moscovici.
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