Después de quedar desierto en un primer intento el pasado enero, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancario (Frob) ha formulado un nuevo pliego de condiciones de su licitación para adjudicar a algún banco el servicio de una cuenta corriente con la que realizar sus gestiones ordinarias.
Desde 2014, el banco de cabecera del fondo presidido por Jaime Ponce ha sido Sabadell, si bien la duración máxima del contrato firmado entonces se fijó en cuatro años, lo que ha obligado a abrir una nueva licitación. Por ello, en diciembre de 2018 el Frob lanzó el concurso público para contratar un nuevo proveedor que le proporcione el servicio de cuenta corriente con la que liquidar impuestos y pagar nóminas y seguros sociales, entre otras actividades ordinarias.
Entre las condiciones fijadas inicialmente en el pliego estaban la imposición de un presupuesto base de cero euros o que los tipos de interés tuvieran un suelo para no ser nunca negativos, de forma que el dinero depositado por el Frob en ningún caso obligara al organismo público a tener que pagar.
Si, con el actual entorno de tipos, la captación de grandes volúmenes de pasivo por parte de los bancos españoles ha dejado de ser una prioridad por su escasa rentabilidad, la existencia de estas condiciones previas podría haber desincentivado aún más la presentación de ofertas al concurso por parte de los bancos, según fuentes financieras. Otras fuentes consultadas añaden además que para el sector bancario español la contratación con la Administración pública no supone una parte sustancial de su negocio (como sí ocurre en otros sectores) y algunas entidades ni siquiera hacen seguimiento de las licitaciones que se lanzan desde el Frob, lo que provoca que la concurrencia a este tipo de contratos no sea alta.
Los responsables del Frob han revisado las condiciones específicas del pliego para tratar de avivar el interés de los bancos. Así, a pesar de que mantiene la gratuidad obligatoria del contrato, así como el suelo a los tipos de interés negativos, la autoridad de resolución española ha flexibilizado algunos criterios con la intención de abrir el abanico a una mayor competencia. Uno de los cambios más relevantes reflejados en el nuevo pliego es que los bancos que opten a trabajar para el Frob no tendrán que asignar obligatoriamente, como hasta ahora, una oficina presencial para atender a este organismo estatal. Es decir, que se podrá prestar el servicio a través de medios remotos.
Otra de las facilidades adicionales está relacionada con las divisas. En el nuevo pliego de condiciones se especifica que, en el caso de haber algún movimiento de monedas extranjeras (un servicio que supone un coste para el banco), la entidad podría consultar preventivamente al Frob con el fin de que éste decida asumir o no ese coste a través de una comisión.
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