El comisario de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, traslada a las compañías que «no hay tiempo que perder» y que la Comisión «está dispuesta a ayudar con la campaña de información». La cuenta atrás hacia el 29 de marzo se ha convertido en una carrera cuesta abajo y sin frenos que arrastra tanto a Reino Unido como a la Unión Europea hacia un final incierto. La Comisión Europea lleva semanas intentando tejer una red de seguridad que haga que la caída duela lo menos posible. Con la vista puesta en el sector privado, ayer publicó un documento en el que apremia a las empresas a prepararse para la opción más probable, el no acuerdo, y advierte de los pasos a seguir para paliar un Brexit caótico.
«No hay tiempo que perder y estamos dispuestos a ayudar con la campaña de información», sentenció ayer Pierre Moscovici, comisario de Asuntos Económicos y Financieros, Fiscalidad y Aduanas, que explicó que «mucho depende de la capacidad de las empresas que comercian con Reino Unido para adaptarse rápidamente a las normas aduaneras que se aplicarán desde el primer día en caso de no acuerdo».
A menos de mes y medio de la fecha del divorcio, los encuentros para intentar salvar un acuerdo de salida se suceden sin grandes avances. En los próximos días, la primera ministra británica, Theresa May, se verá con el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker. Pero ni May logra poner de acuerdo a su Parlamento en torno a un acuerdo de salida, ni es seguro que la UE fuera a aceptarlo.
«La Comisión Europea y las autoridades aduaneras nacionales están trabajando con ahínco a fin de estar preparadas para introducir exámenes y controles de las mercancías que circulen entre la UE y Reino Unido», añadió ayer Moscovici. Hace algo menos de un año, sólo un 31% de las empresas españolas expuestas a Reino Unido tenía preparado un plan de contingencia, según un estudio de KPMG. Desde entonces, Gobiernos nacionales e instituciones europeas se han puesto manos a la obra para asegurar que las compañías hacen los deberes. «Es urgente que las empresas de la UE empiecen a prepararse para la salida de Reino Unido, en caso de que todavía no lo hayan hecho», señala el documento.
Vulnerabilidad. Lo primero que deben evaluar las compañías es si están expuestas. Bruselas advierte de que «el Brexit afectará a su empresa si vende bienes o presta servicios a Reino Unido, si compra bienes o recibe servicios o si transporta bienes a través de Reino Unido». Las exportaciones españolas a Reino Unido suponen el 2,7% del PIB, según un informe de S&P que advierte de que España se verá más afectada por el Brexit que Francia, Alemania o Italia.
Las consecuencias. Las empresas europeas tendrán que enfrentarse a un aumento en las formalidades aduaneras, así como posibles restricciones o prohibiciones a algunos de sus productos. También dejarán de valer en Reino Unido los certificados de importación y exportación expedidos por la UE, y Reino Unido podría exigir certificaciones adicionales. En cuanto al pago del IVA, las exportaciones a Reino Unido estarán exentas del IVA, y cambiarán las normas sobre la declaración y el pago del IVA.
Qué hacer. Una vez identificada la exposición al mercado británico, la Comisión insta a cumplir con una serie de pasos. Lo primero que las compañías deberán hacer es registrarse ante la autoridad aduanera nacional para poder realizar operaciones comerciales con países no pertenecientes a la UE. Este punto es especialmente importante para pymes que nunca han comerciado con países de fuera de la UE, ya que el incremento de costes será relevante si Reino Unido se convierte en un tercer mercado.
¿Dejar de comerciar con Reino Unido? Bruselas recomienda evaluar si la empresa está preparada o no para seguir teniendo relaciones comerciales con Reino Unido o a través de Reino Unido. El aumento de costes mencionado podría convertirse en un lastre para algunas empresas, principalmente pymes, pudiendo amenazar su propia solidez. Para seguir comerciando, Bruselas recomienda que la compañía cuente con personal formado en materia aduanera (capacidad humana); sistemas informáticos (capacidad técnica) y autorizaciones aduaneras, por ejemplo, para procedimientos especiales (almacenamiento, perfeccionamiento) o para bienes con arreglo al régimen de «destino final».
Ayuda del Gobierno. Aunque la empresa cuente con estos recursos, la Comisión aconseja que pregunte a la autoridad aduanera nacional -donde realizó el registro- sobre simplificaciones y facilitaciones existentes de las que pueda beneficiarse, y considere la posibilidad de solicitar el estatuto de operador económico autorizado. En el caso de España, además, el Gobierno lanzó el llamado cheque Brexit, para que las empresas puedan beneficiarse de un descuento de entre el 60% y el 80% en los servicios que ofrece el Icex.
IVA. Si la empresa está registrada en la Mini Ventanilla Única de IVA de Reino Unido, debe cambiar y registrarse en algún otro país miembro, y si pagó el IVA en Reino Unido en 2018, deberá presentar su solicitud de devolución del IVA con la suficiente antelación antes del 29, para que se tramiten antes de esa fecha.
Hablar con socios. Bruselas también recomienda hablar con socios comerciales (proveedores, intermediarios, transportistas) para prever cómo puede afectar el Brexit a su cadena de suministro.
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