El euríbor calculado con el método híbrido va tomando forma, y esta es notablemente diferente a la de ahora. Reemplazará al índice actual a partir de octubre, con la fecha límite de enero de 2020, y las pruebas realizadas para el plazo a 12 meses, que es el que se toma de referencia para el cálculo de la mayoría de las hipotecas variables en España, describen una curva con tipos generalmente más bajos, pero con fluctuaciones más bruscas. Esto supondrá una mayor variabilidad en las cuotas hipotecarias cuando haya que revisarlas.
El Instituto Europeo de Mercados Monetarios (EMMI, por sus siglas en inglés), que ultima la nueva metodología para asegurarse de que el euríbor refleje al máximo la realidad del mercado y cumpla con los reglamentos europeos antes de inicios del próximo año, ha dado a conocer los resultados de los ensayos realizados entre mayo y junio de 2018.
Las conclusiones se basan en los datos aportados por 15 de los 19 bancos que actualmente componen el panel de contribuidores del euríbor. Con la nueva fórmula, que todavía tiene que ser afinada, el euríbor a 12 meses es un 15% más barato de media.
También existen datos de prueba del resto de referencias: a una semana, a un mes, tres meses y seis. La variabilidad en todos los casos es superior a la de los euríbors calculados conforme a la regla actual. Pero la volatilidad es menor cuanto inferior es el plazo.
Las cifras del periodo analizado revelan que el euríbor híbrido toca mínimos del –0,266% a comienzos de mayo, sube al –0,213% a mediados de junio y repunta al –0,180% en el tramo final del test. El euríbor con la actual metodología, por su parte, registra una variación máxima desde el –0,190% de inicios de mayo al –0,178% de finales de julio. Justo entonces es cuando ambos euríbors son iguales.
Se trata de un tramo temporal muy corto de análisis y EMMI advierte que son datos meramente “informativos”, pero ofrecen una idea de cómo puede comportarse el índice renovado. En la práctica se traduciría en un mayor impacto en el bolsillo de los hipotecados, que verían cómo sus cuotas mensuales suben o bajan de forma más abrupta en cada revisión. Con todo, EMMI asegura que ha recibido un “amplio apoyo a su propuesta” y defiende que se logra “una herramienta de transparencia para el mercado y el usuario”.
La metodología híbrida para calcular el índice se basa, de entrada, en transacciones reales que, en caso de ser insuficientes, se complementarán con operaciones históricas, en un segundo nivel, y el juicio de los expertos, en un tercero. La transición hacia esta propuesta –en vez de tenerse en cuenta solo estimaciones como sucede ahora– deberá completarse a lo largo de este año.
“Las 19 entidades que forman parte del panel irán incorporándose al proceso gradualmente para suavizar el impacto metodológico”, explican fuentes conocedoras de la reforma, que insisten en que no se trata de un euríbor distinto, sino de una fórmula para hallarlo diferente, lo que explica que los tipos de interés difieran ligeramente.
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