El Banco Central Europeo (BCE) asegura que las medidas no convencionales de política monetaria que ejecuta contribuyen al crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) en 1,86 puntos porcentuales acumulados en la zona euro y en 1,93 de la inflación entre 2016 y 2020. Así se desprende de un artículo del boletín económico del BCE, publicado este lunes, en el que analiza el programa de compra de deuda pública y privada.
La aportación al crecimiento del PIB de la zona del euro fue en 2016 de 0,79 puntos porcentuales, en el 2017 de 0,48 puntos, en el 2018 de 0,31 puntos y se espera que en 2019 sea de 0,2 puntos y en 2020 de 0,08 puntos: en total 1,9 puntos porcentuales. En el caso de la inflación la aportación en 2016 fue de 0,85 puntos porcentuales, en 2017 de 0,49 puntos, en 2018 de 0,22 puntos, en 2019 de 0,21 puntos y en 2020 de 0,16 puntos.
Los autores del artículo aseguran que el programa de compra de deuda «ha ayudado al BCE a cumplir su mandato de estabilidad de precios» y que por ello el programa es «instrumento efectivo en las herramientas de política monetaria del banco central». El programa de compra de deuda ha mostrado «ser un instrumento de política monetaria adaptable y efectivo, ayudando al BCE a cumplir su mandato». El Consejo de Gobierno decidió en diciembre terminar las compras de deuda de la zona del euro, pero seguirá invirtiendo el principal de los bonos que venzan durante un período prolongado tras la fecha en la que comience a subir los tipos de interés oficiales.
La semana pasada el BCE decidió posponer la primera subida de los tipos de interés desde 2011 al menos hasta el final de 2019. El BCE aplicó tras la crisis financiera del 2008 y la crisis de endeudamiento soberano de la zona del euro del 2010 una serie de medidas no convencionales que incluyen las compras de deuda, los tipos de depósitos negativos, las inyecciones de liquidez a cuatro años y la orientación sobre los movimientos de las tasas de interés en el futuro.
Tras bajar los tipos de interés al 0 % y aplicar todas estas medidas, el espacio para bajar más las tasas se ha vuelto «muy limitado». Este programa de compra de deuda incluye las adquisiciones de bonos garantizados y de bonos de titulización desde finales de 2014, así como las compras de deuda pública desde marzo de 2015 y las de deuda corporativa desde junio de 2016. En total el BCE y los bancos centrales nacionales compraron deuda por valor de 2,6 billones de euros hasta diciembre de 2018, el 82 % fue deuda pública.
El BCE mantiene ahora estable el tamaño de la cartera de compra de deuda al reinvertir el principal de los bonos que vencen. Durante el periodo entre 2015-2018 las compras de deuda fueron «el principal instrumento de política monetaria y su tamaño y duración estuvo vinculado al logro de un ajuste sostenido de la inflación hacia la estabilidad de precios, que el BCE define como una tasa algo por debajo del 2%, concluyen los autores del artículo.
Con estas compras el BCE ha presionado a la baja los tipos de interés a largo plazo y también ha logrado una convergencia en todos los países de la zona del euro desde mediados de 2014.
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