La Reserva Federal de EE UU continúa la senda de moderación con la que comenzó el año y que tantas alegrías ha proporcionado al mercado. Después de que el presidente de la institución, Jerome Powell, avisara en reiteradas ocasiones de que se mostraría flexible con el ritmo de subida de los tipos, ayer dio una muestra de ello. El Comité de Mercado Abierto de la Fed (FOMC) decidió por unanimidad mantener los tipos de interés en la horquilla del 2,25-2,5%, nivel en que permanecen desde el pasado mes de diciembre. Por primera vez desde septiembre de 2017, el FOMC se reunió para hablar de política monetaria y del cuadro macroeconómico sin que decidiera elevar los tipos.
La decisión de la Fed de no tocar el precio del dinero no fue una sorpresa para los inversores, como sí lo fue el cambio en las proyecciones de expectativas de subida de los tipos. En diciembre el banco central de EE UU rectificó y recortó de tres a dos veces el alza del precio del dinero prevista para 2019, pero ayer decidió dar un paso más allá. El debilitamiento de la economía estadounidense en el cuarto trimestre de 2018 llevó al comité a descartar nuevas subidas de los tipos este año.
Así lo reflejaron 11 de los 17 participantes, nueve más de los que a finales de 2018 aconsejaban que no eran necesarios más repuntes. Según el diagrama de puntos de la institución, habrá que esperar a 2020 para que la Fed reanude el camino que inició en diciembre de 2015. De confirmarse las nuevas proyecciones, este año será el primero en cinco ejercicios en el que el banco central no toca los tipos. “Puede que pase un tiempo antes de que necesitemos ajustar la política monetaria. Es un gran momento para ser pacientes”, afirmó Powell nada más comenzar la rueda de prensa.
Los expertos de ING destacaron que las proyecciones de la Fed fueron más agresivas de lo previsto. “Habíamos planeado eliminar una de sus alzas proyectadas del diagrama para este año, pero eliminar ambas es una sorpresa. Parece bastante agresivo, dado que los funcionarios nos han estado diciendo repetidamente que la economía de EE UU es fuerte”, subrayaron.
Los tipos no son la única herramienta de la que se sirve la institución para mantener estables los precios. La otra medida cuyo efecto en mercado es significativo es la que hace referencia al balance del banco central. Si a finales de 2018 Powell afirmaba que mantendría el ritmo de reducción de su balance ahora ha optado por echar el freno e indicar que a finales de septiembre espera concluir su reducción. Previamente, en mayo la Fed disminuirá de 30.000 a 15.000 millones la tenencia de valores del Tesoro. El balance de la Fed cerró 2018 en 4,5 billones de dólares, muy lejos del billón que registraba antes del estallido de la crisis financiera.
Como ya hiciera el BCE en la cita del 7 de marzo, la Fed actualizó ayer sus proyecciones macroeconómicas. El banco central de EE UU recortó dos décimas su estimación de crecimiento para 2019 (2,1%) y en una décima la de 2020, hasta el 2% ante el frenazo en el crecimiento en Europa y China, así como las dudas que generan la guerra comercial y la incertidumbre en torno al Brexit. Eso sí, mantiene intacto su cálculo para 2021, cuando se prevé que el PIB suba un 1,8%.
Unos datos que evidencian la ralentización, pero que continúan lejos de enviar señales de recesión. La tasa de paro cerrará el año en el 3,7%, por encima del 3,5% que preveían hace tres meses. En 2020, subirá al 3,8% y al 3,9% en 2021. La previsión inflación, por su parte, cae una décima este año y el próximo, hasta el 1,8% y 2%, respectivamente. Será en 2021 cuando los precios alcancen el objetivo del 2%. Es decir, no existen presiones inflacionistas que justifiquen la subida de tipos.
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