A partir del 11 de abril, los andaluces verán cómo se elimina el controvertido impuesto de Sucesiones de manera definitiva. La medida, anunciada por los nuevos inquilinos del Palacio de San Telmo, el Gobierno formado por PP y Ciudadanos, no es más que el cumplimiento de uno de los acuerdos alcanzados entre las dos formaciones, en el marco de una bajada de impuestos gradual, de la que este martes dio cuenta la Junta de Andalucía.
La eliminación de Sucesiones y Donaciones para cónyuges y familias directas se recoge en la aprobación de un decreto donde se bonifica el 99% la cuota del impuesto para los grupos de parentesco I y II. Mediante esta bonificación fiscal, recuerda la institución andaluza, esta región se sitúa entre las Comunidades Autónomas con la fiscalidad más baja en lo que a este impuesto se refiere.
Pero la eliminación de Sucesiones y Donaciones no fue el único objeto de una rebaja fiscal que se irá aplicando gradualmente, remarcan fuentes oficiales. Además, la Junta ha aprobado un recorte del IRPF (el impuesto a los rendimientos de las personas físicas), que se implementará de forma progresiva desde el 11 de abril hasta el año 2023. A lo largo de estos ejercicios presupuestarios, desaparecerán tres tramos de IRPF, pasando de ocho tramos actuales a los cinco que se quieren alcanzar en 2023.
No obstante, el primer tramo de la tarifa (el de las rentas más bajas) empezará a reducirse para el ejercicio 2019 y alcanzará su tributación definitiva en 2020. Trabajadores, pensionistas y autónomos serán los primeros contribuyentes en notarlo en sus bolsillos desde el primer momento que entre en vigor, es decir, a partir del 11 de abril.
Esta bajada, explican fuentes oficiales de la Junta, no tendrá impacto presupuestario en la recaudación en Andalucía, hasta 2021, que es cuando se producirá la liquidación definitiva con el Estado por entregas a cuenta del tramo autonómico del IRPF correspondiente al ejercicio de 2019. Será a partir de 2013 cuando la Junta devuelva a trabajadores, pensionistas y autónomos andaluces 149 millones de euros anuales, en la aplicación en su conjunto de una medida que beneficiará a 3,7 millones de andaluces.
Los detalles de esta rebaja fiscal sobre el impuesto del IRPF, con una caída de tres tramos, se aplicarían de la siguiente manera: el primer tramo de renta pasará del 10% al 9,5%; se unifican tramos entre 20.000 y 28.000 (que tributa el 15%) y, entre 28.000 y 35.000 (que tributa al 16,5%), en uno solo. Así entre 20.000 y 35.200 se tributará el 15%. Además, los tramos comprendidos entre 35.200 y 60.000 se integran, pasando a tributar del 19,5 al 18,5%. Y, finalmente, a partir de 60.000 pasará el 22,5%, y el tipo máximo pasará del 25,5 al 22,5%.
En respuesta a las críticas que el Gobierno de Juanma Moreno Bonilla y Juan Marín reciben del PSOE, por una bajada fiscal, que en opinión de la izquierda, detrae el dinero necesario para el mantenimiento del gasto social, y por tanto, de la mejora de estos recursos, el nuevo Ejecutivo andaluz esgrime que el impacto económico de medidas como la supresión de donaciones, solo para 2019, es de 14,7 millones de euros, una cifra muy lejana de lo que pagará la Junta por sentencias judiciales por errores de gestión en su consejería.
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