La ministra de Economía, Nadia Calviño, ha defendido que lo más importante en este momento es que España mantenga una «gestión fiscal responsable» que permita seguir reduciendo el déficit, sin descuidar la atención a las necesidades sociales de la población, para lo que considera importante «huir de recetas mágicas, soluciones milagrosas que no resisten un análisis, como la idea de que una bajada masiva de impuestos resuelve los retos de España».
«Este es un país con ingresos públicos por debajo de la media, con un elevado gasto en educación, sanidad y políticas sociales. Dados los compromisos de reducción del déficit y la deuda, y dada la disciplina de los mercados, este tipo de propuestas milagrosas está muy lejos de la ortodoxia y de la responsabilidad», ha argumentado Calviño. «En el terreno de las cuentas públicas es preciso actuar con prudencia, cualquier reducción de ingresos afecta al déficit y a la deuda si no se acompaña de ajustes. Por eso todas las propuestas de gasto de este año cuentan con ingresos adicionales como ha confirmado la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal», ha agregado.
La ministra ha urgido a la necesidad de abordar una política económica que siente las bases de un crecimiento sostenible e inclusivo, y ha defendido que el programa de reformas del Gobierno es claro. «Hemos ido siguiendo una hoja de ruta sin improvisación, una agenda del cambio que se recoge también en el programa electoral. Entre tanto ruido, es importante señalarlo, porque los ciudadanos han de tener clara la visión del Gobierno y sus intenciones en el ámbito económico». En esta línea, la ministra ha advertido sobre las noticias «que duran 24 horas y de soluciones simples y erróneas para problemas complejos».
Calviño ha puntualizado, además, que los decretos de diciembre que elevaron las bases mínimas y máximas de cotización han inyectado 3.300 millones de euros de ingresos a las arcas públicas mientras que los decretos sociales de las últimas semanas tienen un coste de unos 1.100 millones. Calviño ha aseverado que hay un diferencial positivo de 1.400 millones lo que demostraría, ha defendido, que el Gobierno actuó con responsabilidad al elevar el permiso de paternidad, regular las cotizaciones de cuidadores de dependientes o rebajar a 52 años el acceso al subsidio para mayores desempleados.
En cuanto a la situación económica, las previsiones del Gobierno de crecimiento del PIB, de un 2,2%, «son prudentes» y están en línea de la horquilla de los organismos internacionales. Ayer el FMI bajó una décima su estimación hasta el 2,1%. Los indicadores económicos, ha avanzado, apuntan a un fortalecimiento de la demanda interna. Además, aseguró que «estamos muy pendientes de la evolución de los riesgos» por la menor demanda externa, afectado por el «enfriamiento de la Unión Europea», la incertidumbre derivada por el Brexit y las tensiones comerciales entre EE UU y China. «Esta ralentización está afectando en mayor medida a la producción industrial», ha reconocido.
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