En 2018, la reducción de IRPF que se aplican los propietarios de viviendas por su arrendamiento se elevó un 11,74% hasta sumar 341 millones de euros. Dicha cuantía supuso el 4,35% de todo el volumen de beneficios fiscales concedidos a los contribuyentes, según los datos facilitados ayer por el REAF. Esta ventaja fiscal permite a los dueños de los inmuebles reducirse un 60% los rendimientos del capital inmobiliario que deben declarar a Hacienda.
Hay que tener en cuenta, advirtió el secretario general técnico del REAF, Luis del Amo, que solo podrán aprovechar esta ventaja fiscal quienes declaren el alquiler antes de que la Agencia Tributaria imponga una regulación administrativa. Tampoco podrán beneficiarse quienes arriendan inmuebles para uso turístico o de temporada. En el caso de las empresas, solo disfrutarán de la reducción si alquilan para alojar a un empleado.
En paralelo al mayor disfrute de este incentivo, el año pasado volvió a descender la deducción por alquiler de vivienda habitual, ya que esta fue eliminada en 2015 y solo pueden aprovecharla ya los beneficiarios anteriores a esa fecha. En 2018 supuso un beneficio de 64,38 millones, un 16,17% menos que los 76,8 millones de 2017.
Desde el REAF instan también a revisar los beneficios fiscales creados por las comunidades autónomas, que suman ya 237 y afectan al 4% de la recaudación regional. Además, avisan desde el REAF, estas ventajas suelen variar cada año: en 2019 ha habido ya 220 modificaciones.
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