El Banco de España advierte que “en los últimos seis meses los riesgos para la estabilidad del sistema financiero español han aumentado”. Y el principal riesgo específico que recoge en el Informe de Estabilidad Financiera, publicado este martes, es el “incremento de las demandas judiciales”.
Además de la ralentización de la economía global, en particular la europea y la china, que podría introducir mayor incertidumbre geopolítica, lo que aumentaría las primas de riesgo e impactaría negativamente en el precio de los activos financieros, tanto de renta fija, como privada y pública, así como la presión adicional en los bancos españoles por las consecuencias de la desaceleración económica, el supervisor que dirige Pablo Hernández de Cos insiste en que “las entidades de depósito españolas afrontan, con distinta intensidad, “un riesgo derivado del potencial incremento de las demandas judiciales contra ellas”.
En este sentido, recuerda lo que sucedió con las cláusulas suelo, que ha supuesto que la banca haya tenido que devolver 2.200 millones a los clientes hasta enero de este año. Y hay procedimientos judiciales abiertos en Europa, como el referido a la utilización del índice de referencia de los préstamos hipotecarios (IRPH), que se resolverá en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea en la segunda mitad de este año, que podría provocar un aumento de las demandas judiciales contra los bancos españoles. Supondría un impacto, sobre todo, en aquellos que tienen más hipotecas referenciadas a dicho índice.
El informe recuerda también que esa manifestación del riesgo legal se ha traducido en “una pérdida de reputación para el sector bancario”. Además, el Banco de España recuerda que las entidades financieras españolas siguen afrontando el reto de mejorar la rentabilidad y la solvencia. En cuanto a rentabilidad se encuentran mejor que sus homologas europeas, pero en cuanto a solvencia “la han reducido en el último año”, lo que le ha llevado a posicionarse en la última posición de las jurisdicciones europeas.
Respecto a la cartera de crédito al consumo, el estudio analiza que en los tres últimos años ha crecido en unos 30.000 millones, al pasar de 60.000 millones en diciembre del 2015 a los casi 90.000 millones en diciembre del año pasado, lo que supone un crecimiento superior al 40%.
En cuanto a los activos dudosos, que ha sido el quebradero de la banca durante los últimos años, destaca que desde diciembre del 2013 se han reducido en 122.000 millones, lo que representa un 64,5% del total. En el último año, el descenso ha sido de 27.500 millones.
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