La economía española crece con fuerza frente al resto de potencias europeas, pero sigue inmersa en un proceso de desaceleración. Con todo, el buen dato de crecimiento de «un primer trimestre de 2019 mejor de lo esperado» podría permitir al país crecer una décima más de lo que espera Bruselas, ha reconocido este jueves el director general adjunto de asuntos económicos y financieros (Ecofin) de la Comisión Europea, Carlos Martínez Mongay.
Durante su intervención en unas jornadas organizadas por el Consejo General de Economistas y la Cámara de Comercio de España, Martínez Mongay, ha detallado que el incremento del 0,7% del PIB español en los tres primeros meses del año, frente al 0,6% esperado, podría permitir al país crecer un 2,2% en el conjunto de 2019.
Esto supondría cumplir las expectativas del Gobierno de Pedro Sánchez y superar el alza del 2,1% que la Comisión Europea acaba de anunciar que mantiene para España en sus previsiones económicas de primavera.
«Esto no cambia la narrativa», aduce en todo caso Martínez Mongay, advirtiendo que «la demanda interna sigue siendo el principal motor de crecimiento de la economía española» ya que la contribución neta de las exportaciones en el primer trimestre de 2019 tras meses a la baja no se debe a una mejora de las ventas al exterior sino a una caída mayor de las importaciones que contablemente arroja un saldo positivo para las exportaciones.
Para Martínez Mongay el gran problema de España es la productividad, que crece marginalmente en torno al 0,1% en los últimos años pese a la recuperación económica y del empleo. De hecho, el representante del Ecofin advierte que mientras que el reto de Europa ha vivido un shock transitorio y crecerá más en 2020 que en 2019, España seguirá desacelerándose hasta un 1,9%, según los cálculos europeos. Así, si el país no lograr impulsar su productividad la inercia ascendente que vive actualmente irá agotándose en los próximos años.
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