España es ya el segundo país europeo con menor carga de impuestos y cotizaciones sociales para el empleado tipo. Un asalariado soltero y sin hijos que cobre el sueldo medio de 26.535 euros abona un 14,9% del mismo al fisco español y otro 6,35% a la Seguridad Social, sufriendo una presión fiscal sobre el trabajo del 21,3% frente al 28,4% de media de los 23 países de la UE miembros de la OCDE. Solo Estonia aplica una carga inferior, del 15%, mientras que la escala asciende hasta el 39,8% de Bélgica o el 39,7% de Alemania, pasando por el 26,6% de Portugal, el 28,7% de Francia o el 31,4% de Italia.
Aunque en el caso de España, la OCDE toma como referencia la carga tributaria de la Comunidad de Madrid, inferior a la media nacional, tomar otra región como referencia no hubiera alterado su situación en la escala europea.
Hay que tener en cuenta, eso sí, que la OCDE realiza su análisis comparando sueldos medios en paridad de compra entre los distintos países. Esto es precisamente lo que ha colocado este año a España en el segundo puesto por la cola en presión fiscal sobre el trabajo, un escalón menos que un año antes, arrebatando a Irlanda su anterior posición. Pese a que en España no ha habido cambios de calado, la OCDE ha actualizado el sueldo medio de Irlanda, que pasa de 36.358 a 46.774 euros como consecuencia del importante incremento del salario mínimo interprofesional que Dublín aprobó en 2016. Y a más sueldo, mayor presión fiscal, lo que eleva la carga media en Irlanda frente a la española.
En todo caso, los siete puntos de distancia entre la presión fiscal sobre el trabajo en España y la UE permanecen casi inalterados en el caso de trabajadores sin hijos ya cobren un 167% del sueldo medio o solo un 67% del mismo.
Cuando la cosa cambia sensiblemente es el caso de los empleados con descendencia, situación que rebaja con fuerza la distancia con Europa. Un matrimonio con dos hijos en el que un cónyuge cobra el sueldo medio y el otro un 33% del mismo sufre una presión fiscal sobre el trabajo del 16,2% frente al 16,9% de la media europea. La diferencia con la media comunitaria oscila entre dos décimas para los solteros con hijos y sueldos bajos y los tres puntos para matrimonios con dos descendientes y dos sueldos medios.
De otra parte, aunque la presión tributaria en España sea relativamente baja, la imagen cambia cuando se suman también las cotizaciones sociales que paga la empresa, más altas que en otros países. En este caso, la cuña fiscal sobre el asalariado medio sube al 39,4% frente al 41,6% de la UE, el 49,5% alemán o el 36,5% estonio.
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