Juan Carlos I ha comunicado este lunes a su hijo, el rey Felipe VI, su voluntad y deseo de dejar de desarrollar actividades institucionales y completar su retirada de la vida pública a partir del próximo día 2 de junio, fecha en la que se cumplen cinco años desde el anuncio de su abdicación de la Corona de España tras el escándalo del caso Nóos. Aunque su participación en la agenda oficial de La Zarzuela no era intensa, el padre del Rey tenía algunos actos representativos en actos culturales y entregas de premios. Su protagonismo se acrecentó a lo largo del año pasado en una serie de iniciativas y actividades públicas coincidiendo con el 40º aniversario de la Constitución y su 80º cumpleaños.
En una carta, que ha facilitado La Zarzuela, el rey emérito dice a Felipe VI que, transcurridos cinco años desde entonces, considera que ha llegado el momento de retirarse de la vida pública, dejando las actividades institucionales que ha venido realizando. Don Juan Carlos, según refiere en la carta, ha estado considerando esta retirada desde que cumplió 80 años el pasado 5 de enero de 2018. La celebración del 40º aniversario de la Constitución, en cuyo acto celebrado en el Congreso ocupó una posición relevante, acabó de decantar su decisión.
«Fue un acto solemne lleno de emoción para mí, que me hizo evocar, con orgullo y admiración, el recuerdo de tantas personas que contribuyeron a hacer posible la Transición política y renovar mi sentimiento de permanente gratitud hacia el pueblo español, verdadero artífice y principal protagonista de aquella trascendental etapa de nuestra historia reciente”, afirma el rey emérito.
Juan Carlos I termina la carta dirigida a Felipe VI subrayando su “firme y meditada convicción”: “Hoy te expreso mi voluntad y deseo de dar este paso y dejar de desarrollar actividades institucionales, a partir del próximo 2 de junio. Tomo esta decisión desde el gran cariño y orgullo de padre que por ti siento, con mi lealtad siempre. Un grandísimo abrazo de tu padre”.
El padre del rey se vio forzado a abdicar el 2 de junio de 2014 en un momento agónico de su trayectoria, rodeado de contrariedades físicas y espoleado por el escándalo del caso Nóos, que salpicó a la infanta Cristina. Sin embargo, los 38 años que duró su reinado fueron mucho más que esa foto final que debilitó a la Corona. Su intervención en la llegada de la democracia en España fue decisiva y su tiempo en el trono coincide con el período de mayor prosperidad democrática y económica de España.
Después de los escándalos que propiciaron su abdicación en 2014, como el caso Nóos y sus desaciertos cinegéticos en medio de una profunda crisis, la Casa del Rey redujo su presencia en la agenda oficial para preservar a la Corona de los supuestos efectos negativos relacionados con su figura. A partir de 2017, tras la sentencia que exculpó a la infanta Cristina en la causa de los negocios que su marido, Iñaki Urdangarin, hizo a la sombra de la Casa del Rey, Juan Carlos I empezó a recuperar protagonismo en los actos oficiales.
A pesar de haber dejado de ser jefe del Estado, y con unas facultades físicas en notable retroceso, Juan Carlos I siempre tuvo hueco en la agenda de actividades de la Casa del Rey, aunque también siempre desde la discreción y con intensidades que han sido fluctuantes. En estos años ha protagonizado unos 120 actos, ha pronunciado 30 discursos y realizado nueve viajes oficiales, la mayoría de carácter cultural, aunque en el último tramo (y coincidiendo con la etapa de interinidad política de España que limitó la actividad del Rey) también de significativa presencia política. Fue el caso de la firma del Acuerdo de Paz entre el Gobierno de Colombia y las FARC, la inauguración del Canal de Panamá, los funerales de Fidel Castro o varias tomas de posesión de presidentes iberoamericanos.
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