El envejecimiento de la población española es básico para entender todo el devenir de la economía española en los próximos años”. Esto es lo que consideran los responsables del Banco de España y así lo han plasmado en su último informe anual hecho hoy público y en el que dedican uno de sus cuatro capítulos a advertir sobre el impacto de este fenómeno demográfico.
Los expertos del Banco de España consideran que el envejecimiento de la población española cambiará los patrones de consumo, de ahorro y de inversión de toda la sociedad. Pero antes de que eso llegue, creen que hay una urgencia previa: “es necesario hacer algo ya para restablecer el equilibrio en el sistema de pensiones”, cuyo déficit anual superior a los 18.000 millones de euros se financia desde hace dos años con préstamos del Estado.
En su opinión esta urgencia viene marcada por el hecho de que los dos mecanismos de ajuste automático del gasto creados en la reforma de 2013 –el factor de sostenibilidad, conocido como la ‘subida del 0,25% de las pensiones’ y el factor de sostenibilidad– están legalmente suspendidos.
Piensan que esta debe ser una de las prioridades del próximo Gobierno, “ahora que, una vez superado el periodo electoral, puede haber más espacio para el consenso”. Si bien, fuentes del Banco de España han sido claras: Pedro Sánchez no tendría que esperar al “consenso absoluto” de todos los grupos parlamentarios en el Pacto de Toledo para acometer la reforma de pensiones.
De hecho, los responsables de esta entidad creen que, si hubiera un consenso “relativamente amplio”, como el que se dio al final de la legislatura pasada, cuando solo Podemos se descolgó en el último minuto del pacto, “eso debería ser suficiente para tomar decisiones”, añadieron estas fuentes.
En cuanto a las recetas de cómo debe ser esa reforma, el Banco de España cree que “la magnitud del reto es tan amplio que no se puede abordar tocando una sola palanca, sino varias a la vez”. Se refieren a tomar medidas tanto para aumentar los ingresos como para frenar el incremento de los gastos.
En este informe anual del banco, sus técnicos insisten en que “los gastos de la Seguridad Social dependen de factores demográficos en mayor medida que los ingresos”. Y, en este punto, “un aspecto importante que se ha de reconsiderar es la relación entre las prestaciones del sistema y a edad a la que se reciben”.
Con ello quieren llamar la atención sobre la necesidad de aprobar medidas que incentiven la prolongación de la vida laboral, ya que, aunque la edad legal ya se retrasó en 2011 hasta los 67 años de forma progresiva (algo que se hará efectivo a partir de 2027), la edad efectiva de jubilación, esto es la edad media real a la que se retiran los españoles, sigue estando por debajo de los 65 años, “y no muestra una tendencia de crecimiento acusada”.
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