En una tónica general positiva, destaca, no obstante, el comportamiento de las firmas inmediatamente por debajo del top 3 compuesto por Garrigues, Cuatrecasas y Uría. Más de la mitad de la docena de despachos nacionales que facturan por encima de 20 millones de euros registraron un crecimiento de sus ingresos de doble dígito, con cifras muy llamativas en el caso de Pérez-Llorca (un 30% más) o en el de Broseta (un 26% más). Tras ellos aparece RCD, con un aumento del 15,8%; Barrilero y Asociados, con un 13,6% más, y Ecija y Ramón y Cajal, ambos subiendo un 12%. En esta franja del mercado también es reseñable el incremento del 11,4% que experimentó la facturación de Legálitas, firma que, no obstante, merece un análisis diferenciado atendiendo a su distinto modelo de negocio.
El caso más destacado, sin duda, es el Pérez-Llorca. En primer lugar, porque se encuentra en la franja alta de la zona media del mercado de despachos nacionales (y no es lo mismo crecer un 10% si ingresas 20 millones que 50). Así, el incremento del 30% en su facturación le ha permitido dar un importante salto: de 40 millones de euros en 2017 a 52 millones el año pasado. En segundo lugar, porque el buen comportamiento de 2018 no es puntual. En el ejercicio anterior, el incremento fue del 20,5%; una tendencia que, de mantenerse, amenaza la cuarta plaza que Gómez-Acebo & Pombo (62 millones) mantiene en el ranking de despachos nacionales.
En la zona media-alta también figura Écija, que, tal y como revela su socio director, Alejandro Touriño, persigue el objetivo de convertirse en uno de los cinco despachos españoles más relevantes. «Y para ello necesitamos tamaño», explica. Un proceso en el que la firma pretende mantener su esencia, la especialización en nuevas tecnologías, y en el que juega un papel relevante la integración de otros bufetes (solo este año, Ad&Law, Colón de Carvajal y Zadal). Écija cerró el último ejercicio facturando 44,5 millones de euros, con una aportación creciente de las oficinas en el exterior. «Estamos en once países y confiamos en terminar 2019 con presencia en, al menos, dos más», asevera Touriño.
El caso de RCD es el de una firma que ha duplicado su facturación en los últimos cinco años (de 16,7 millones en 2014 a 34,4 en 2018) gracias a crecimientos del 23,8% en 2015, 24,3% en 2016, 16,4% en 2017 y 15,8% el año pasado. «Contamos con una masa crítica asentada a nivel geográfico [el despacho tiene oficinas en Barcelona, Madrid y Valencia] y también por sectores que sigue creciendo», subraya Adolf Rousaud, su socio director, quien, asimismo, resalta la aportación que ha jugado la buena marcha de la economía y la incorporación de talento a la firma. Sin marcarse un objetivo concreto, RCD quiere seguir creciendo, pero siempre «con estabilidad, calidad y rentabilidad», porque «crecer por crecer no lleva a ninguna parte», advierte Rousaud.
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