España ha realizado unos pequeños avances en I+D, pero no suficientes para recuperar la posición previa a la crisis, algo que ya han hecho la mayoría de países de la Unión Europea, según el informe Cotec 2019. En el 2017, tras seis años de caídas, el esfuerzo en I+D ha aumentado una centésima, alcanzando el 1,2% del PIB en España, cuando el promedio europeo ha pasado del 2,04% al 2,07%.
En términos absolutos, la inversión en I+D+i en España ascendió a 14.052 millones en el año 2017 –último ejercicio del que se tienen datos cerrados–, lo que supone un 6% de subida con respecto al ejercicio anterior y crecer por tercer año consecutivo. Son ligeros avances, pero no suficientes para recuperar la posición previa a la crisis, algo que sí han hecho ya la mayoría de los países europeos, donde la apuesta de las empresas por la I+D es el doble que en España.
Ni el sector público, ni el privado reducen las diferencias con la UE, según revela el citado informe, que pone de manifiesto el “descuelgue” español frente a Europa y sobre todo respecto a los países que lideran este ámbito, como Alemania, Reino Unido o Francia. Además, entre los años 2009 y 2018, los presupuestos de la Administración General del Estado y los de las Comunidades Autónomas redujeron sus partidas destinadas a I+D.
En el 2017, realizaban actividades de I+D un total de 215.713 personas, de las que 133.195 eran investigadores en España. Son casi unos 6.500 investigadores más que hace un año. Ese año, las empresas españolas aumentaron su inversión en I+D hasta los 7.717 millones, lo que supone un 8,3% más que un año antes, pero cifra aún inferior a los 8.073 millones que se alcanzaron como récord en el 2008. En países como Japón, Corea del Sur o China, cerca de tres cuartas partes de la financiación de la I+D procede del sector privado.
Otro de los problemas que tiene la I+D en España es que de lo presupuestado luego no se gastan todas las partidas sobre todo en el ámbito público. En concreto, de los 4.200 millones de euros consignados como gasto financiero en el 2018, tan solo se ejecutaron 827 millones. Además, el informe de la Fundación Cotec recoge un dato relevante: en las comunidades autónomas se ha reducido un 42% el volumen realmente ejecutado desde el máximo precrisis.
La actividad en los centros públicos de investigación y en las universidades ha contribuido muy poco a la recuperación de la I+D en el 2017, según el estudio de Cotec, que apunta que el aumento de los recursos destinados a este campo en el ámbito público se ha mantenido por debajo del crecimiento de la economía.
Persisten además los desequilibrios “endémicos” en educación en España, donde la tasa de abandono escolar prematuro es muy elevada (la segunda más alta de la UE) y los niveles de formación están muy polarizados, con muchas personas muy bien formadas y muchas muy poco formadas, pero pocas con niveles intermedios. El alto número de graduados universitarios y de los que se inclinan además por las ciencias, la tecnología o las ingenierías podría garantizar en España la disponibilidad de líderes potenciales para la innovación, “pero desafortunadamente el mercado de trabajo español no está en disposición de absorber las cualificaciones de los titulados superiores”, concluye el estudio.
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