La desaceleración de la economía internacional ha impactado en España más tarde que en los principales países del entorno comunitario, si bien parece estar mostrando sus primeros efectos en el mercado de trabajo en el periodo transcurrido del presente año. Ello, sumado a la incertidumbre local generada por los procesos electorales y a las decisiones del Gobierno socialista en torno al mercado laboral previas a la disolución de las Cortes, como la subida de un 22% del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) hasta los 900 euros.
En este sentido, un informe elaborado por Randstad y Cepyme da cuenta de la destrucción de 27.672 empleos en las grandes empresas en España -las que cuentan con más de 250 empleado en plantilla- en el primer trimestre de 2019, coincidiendo con los primeros meses de aplicación del alza salarial.
El Boletín Trimestral de Empleo en las Pymes señala que las grandes compañías de nuestro país han experimentado un retroceso en la creación de empleo del 0,6%, es decir, que entre los meses de enero y marzo se destruyeron casi 30.000 empleos. Como consecuencia, su aportación trimestral al crecimiento del PIB es negativa en 0,19 puntos porcentuales, inflamado por la moderación del comercio minorista -un 60,6% de la caída se ha concentrado en esta actividad-.
A ello se une la desfavorable evolución de las actividades industriales, con excepción de la automotriz, y de un nutrido grupo de servicios. Consecuencia de esta pérdida de empleo, el segmento de gran empresa pierde el nivel de los 4,3 millones de empleados, aunque mantienen su aportación anual en 1,4 puntos porcentuales.
Cabe recordar que atendiendo al tamaño, en este segmento empresarial se concentra el 30 por ciento del total de la afiliación. En este punto resulta llamativo que la mayor parte de los trabajadores afiliados que ejercen su actividad en el ámbito público (Sanidad, Administración Pública y Educación) registra variaciones anuales positivas.
Así, a pesar de la evolución negativa de 2019, el empleo generado en el último año por las empresas de más de 250 trabajadores se ha incrementado en más de 187.400 puestos de trabajo, en gran parte propi-ciado por el aumento de las afiliaciones en estos sectores.
Con todo ello, el Banco de España había estimado antes de su aprobación que la subida del SMI podría generar una destrucción de unos 124.000 puestos de trabajo. Esta estimación fue fuertemente contestada por la secretaria de Estado en funciones, Yolanda Valdeolivas, a raíz de los últimos datos de paro y afiliación a la Seguridad Social del mes de mayo publicados por el Ministerio de Trabajo en los que se arrojó una caída del desempleo de 172.639 personas respecto al mismo mes de 2018, un descenso del 5,31%, situándose en 3.079.491 parados, el nivel más bajo de un mes de mayo de los últimos diez años.
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