La Agencia Tributaria (AEAT) ofrecerá un trato preferente a los asesores fiscales que acepten informarle de irregularidades. Así lo establece el Código de Buenas Práctica Tributarias que ha planteado a las asociaciones que les representan, que será de adhesión voluntaria. De momento, cuenta con siete votos favorables de otras tantas asociaciones y colegios profesionales, la abstención de la Asociación Española de Asesores Fiscales (Aedaf), y el voto en contra del Consejo General de la Abogacía (CGAE), que se opone por considerar que «supone un riesgo para la profesión por el tratamiento que el Código realiza del secreto profesional», a la espera de que lo analice su Pleno. Esto se produce, además, cuando se encuentra en tramitación la ley que se adapta a la Directiva de Intermediarios Fiscales (ver información adjunta).
En realidad, se han creado dos Códigos, uno para asociaciones y colegios y otro para los profesionales. En principio, el profesional informará a su asociación y ésta a la AEAT, incluso en el caso de que el asesor quiera adherirse, pero su asociación, no. No es descartable que los asesores puedan informar directamente al Fisco, por ejemplo, si no están adheridos a ninguna plataforma. Las asociaciones están pendientes de que su voto sea refrendado por sus integrantes para que su postura sea efectiva. En el caso de Aedaf, según fuentes conocedoras, no parece que vaya a haber un voto favorable.
Las asociaciones y colegios se comprometen a informar a la AEAT de irregularidades que detecten sus asociados y que puedan afectar al funcionamiento normal del sistema tributario, o a la competencia en el mercado. Los intermediarios que asuman el Código deberán prevenir e instar a corregir conductas de clientes que puedan implicar riesgos fiscales importantes, teniendo en cuenta estándares de calidad que fijarán las asociaciones y colegios. En concreto, se prohíbe que asesoren en una serie de operaciones ilícitas (llevanza de doble contabilidad, utilización de software de doble uso, etc.) e incluso, en otras no ilegales, como no incluir en el diseño de sus estrategias paraísos fiscales (ver cuadro adjunto).
A cambio, la AEAT otorgará un reconocimiento, en forma de sello de calidad a las asociaciones y colegios y los profesionales que se hayan adherido al Código, que se estudia que pueda incorporarse como logotipo. Además, la Agencia se compromete a establecer un canal de comunicación directo con los adheridos, facilitarles trámites, personalizar la gestión y reducir cargas fiscales indirectas, publicar los criterios que aplica en procedimientos de control y agilizar el conocimiento, por parte de los intermediarios adheridos, de los hechos susceptibles de una regularización, una práctica habitual hace años que ahora no se produce ya que se tiende a dificultar la posibilidad de defensa en la fase de comprobación.
Una vez aprobados los textos de los Códigos, la AEAT y las asociaciones y colegios adheridos se encargarán de definir el tratamiento para eventuales supuestos de inobservancia de los compromisos alcanzados. Las asambleas en las que las plataformas validará su voto no se celebrarán en ocasiones hasta el otoño, pero la Agencia se compromete a empezar a trabajar en este marco desde ahora.
Estos Códigos nacen en el contexto del Foro de Asociaciones y Colegios de Profesionales Tributarios, creado en 2011, y se llevan gestando desde hace tiempo, aunque han recibido un impulso definitivo del actual director de la AEAT, Jesús Gascón, que cumple un año en el cargo.
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