El gasto en obra pública ya alcanza su máximo nivel en los últimos ocho años, y ello pese a la parálisis política y de presupuestos. Coincidiendo con la llegada de Pedro Sánchez al Gobierno y el año electoral, el volumen de licitaciones se disparó un 52,4% en tasa interanual en el primer semestre del año, alcanzando los 9.900 millones de euros, según datos de la patronal de las grandes constructoras y concesionarias Seopan. Se trata de la mayor cifra licitada en este periodo desde 2010. El incremento se dio en todas las administraciones y coincide precisamente con el periodo celebrado de elecciones generales en abril, y autonómicas, locales y europeas en mayo.
La Administración central protagonizó la mayor subida de la inversión en obra pública, un 132,2% más que en el primer semestre 2018, pese a no contar con Presupuestos para este año, alcanzando los 3.341 millones de euros. El gasto de la cartera que lidera en funciones José Luis Ábalos se disparó un 132,8% entre enero y junio, situándose en 2.780 millones de euros.
En volumen, en cambio, fueron los ayuntamientos los que más peso tienen (3.566 millones, un 17,2% más que hace un año), copando un 36% del total. Las comunidades autónomas invirtieron 2.993 millones, lo que supone una subida del 48,6%.
La velocidad de licitación ha dado un acelerón desde la entrada a la Moncloa de Pedro Sánchez. A partir de junio de 2018, cuando se materializó el cambio en el Gobierno tras la moción de censura, la promoción de obra pública creció un 47% más que en los primeros cinco meses del año (el anterior Gobierno había otorgado contratos por valor de 1.101 millones de media al mes, frente a los 1.619 millones de media mensuales de junio a diciembre).
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