Está avanzando el verano y los Gobiernos autonómicos se están poniendo nerviosos. Es en estas semanas cuando sus arcas reciben las transferencias o entregas a cuenta que les corresponden en virtud del sistema de financiación autonómica para que, a partir del cuarto trimestre, elaboren los presupuestos del año venidero.
Pero este año las entregas a cuenta provienen de unos Presupuestos Generales del Estado realizados en 2018, con lo que no hay actualizaciones ni aumentos. La prórroga de las cuentas estatales conlleva, además, la falta de nuevas inversiones territorializadas, con lo que se agranda el descalabro económico de las autonomías. Recortes en el gasto o prórroga de sus propias cuentas son los escenarios con los que no quieren contar pero que son más que probables.
“Para todas las comunidades autónomas es una pérdida importante de dinero”, afirman en la Consejería de Hacienda de la Junta de Extremadura. “Calculamos en 200 millones de euros lo que dejamos de ingresar por la falta de entregas a cuenta y el cambio del sistema del IVA”. En la comunidad presidida por Guillermo Fernández Vara, la situación de bloqueo “afectará al presupuesto de 2020 entre un 8% y un 10%”. Sobre los pasos a seguir ante esta situación, no se pronuncian.
Lo mismo ocurre en Andalucía, en la que fuentes de Hacienda declaran que “a pesar de todas las dificultades e incertidumbres, este Gobierno trabaja ya en la elaboración de los Presupuestos para 2020”. Eso sí, reconocen que “la inestabilidad de no tener Gobierno ni PGE dificulta la previsión de ingresos”.
Lo que es evidente es que en este verano de 2019 las autonomías de régimen común dejarán de recibir unos 4.500 millones de euros en las entregas a cuenta del sistema de financiación y que corresponden a la actualización prevista en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2019 que fue rechazado en el Congreso por falta de apoyos parlamentarios. Esto significa que, al seguir prorrogados los de 2018, la cantidad a percibir será la misma que el año pasado, 102.856 millones de euros. Esta cantidad representaba un 7,2% más que la entregada en 2017. La falta de presupuestos supone, asimismo, que no habrá nuevas inversiones. Para Extremadura es un jarro de agua fría en lo que “se refiere especialmente a las infraestructuras ferroviarias en la región”.
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