Los miembros del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo están cada vez un poco más inclinados a presentar una batería de medidas contundentes en la próxima reunión del 12 de septiembre, según apuntan fuentes de Reuters. Esta decisión iría en la misma dirección que señalaron las actas del banco central de la última reunión de política monetaria y dejaría a un lado los comentarios de varios miembros del consejo la semana pasada que descartaban la puesta en marcha de más estímulos
Ya en las actas de la anterior reunión se dejaron ver las intenciones del seno del banco central ante una inflación, que no aparece por ningún lado y un contexto económico que pinta de todo menos bien. Por ello, hubo cierto consenso entre los banqueros europeos para lanzar el paquete de medidas estímulo económico (recorte de tipos, rebaja de la orientación de tipos y compra de activos) del golpe en la reunión de este mes de septiembre.
Según publican desde la agencia Reuters, fuentes del banco central habrían comunicado que se pretende implementar un recorte de tipos, una promesa reforzada de mantener el precio del dinero bajo por mucho tiempo y un sistema para compensar la liquidez que los bancos tienen aparcada en el banco central.
Los más controvertido sería la recuperación de un plan de estímulos inmediato que se pondría en funcionamiento de forma inmediata. Esto, probablemente, obligaría al BCE a cambiar sus propias reglas para que no incumplirlas, puesto que ya habría alcanzado los límites de bonos alemanas y holandeses.
Por otro lado, se anunciaría un sistema de tramos que despenalizase parte de la liquidez que los bancos aparcan en el BCE y que hoy paga una ‘tasa’ del -0,4% anual. Dicho sistema de tramos supondría que de los 1,8 billones de exceso de liquidez que la banca tiene aparcado en la institución monetaria, sólo estarían ‘tasados’ con el -0,4% en el que actualmente está fijada la facilidad de depósito una parte o tramo, en lugar de la totalidad actual.
En la última reunión se puso el acento en la debilidad de la economía y en la posibilidad de que la contracción de la industria terminase arrastrando al sector servicios y al consumo. «El debilitamiento del crecimiento mundial y la débil dinámica del comercio internacional influyeron en las perspectivas de la zona del euro, mientras que la prolongada presencia de incertidumbres continuó atenuando el sentimiento empresarial, especialmente en el sector manufacturero», subrayaron las actas.
«Los riesgos de recesión se han hecho más omnipresentes y su persistencia podría requerir en última instancia una revisión del escenario de crecimiento de referencia», añadió el BCE. Con una ralentización más prolongada, también existía el riesgo de que la debilidad de la industria se extienda a los servicios, ya que la industria manufacturera tiende a ser uno de los principales indicadores. Y advierte que «la insistencia de los riesgos podría obligar a una revisión a la baja del escenario económico».
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