La confianza de los consumidores en la economía española se hundió en agosto hasta su nivel más bajo desde 2014, lastrada por la peor visión tanto de la situación actual como de las expectativas. El Índice de Confianza del Consumidor (ICC) de agosto publicado este jueves por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) se situó en agosto en 86 puntos, 11 puntos por debajo de lo que contabilizaba en julio, con lo que profundiza en el terreno negativo marcado por el umbral de los 100 puntos.
El descenso, en todo caso, no es el más abultado que se registra: el mes de septiembre del año pasado mostró una caída algo superior, de 102,4 a 90,6 puntos. Exceptuando esta cifra, el dato es el peor desde 2012. En términos interanuales, la variación es de 16,6 puntos a la baja, el mayor deterioro desde mediados de 2013.
La caída ha sido prácticamente igual en los dos componentes del índice: la situación económica actual y las expectativas. La lectura sobre la situación actual ha bajado 10,1 puntos, de 93,2 a 83,1, y las expectativas, 12 (del 100,9 al 88,9).
La lectura de la situación actual es el resultado de un comportamiento negativo en la valoración de todos sus componentes; así, la valoración de la evolución general de la economía disminuye 15,4 puntos, la valoración del mercado de trabajo desciende 12,9 puntos y la percepción de la situación de los hogares baja en 1,9 puntos.
El índice de expectativas, por su parte, registra también caídas en las previsiones sobre la situación futura de la economía (-14,9 puntos), las relativas al mercado de trabajo (con un descenso de 17,1 puntos) y sobre la evolución de los hogares (-3,8 puntos).
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