El supervisor cree que sería necesario regular el funcionamiento y las exigencias de estos productos para que los bancos tuvieran un marco adecuado en el que pudieran lanzar este tipo de productos, afirmó Gavilán en el marco de una jornada de European Pension and Propert Asset Group (EPPARG), organizada ayer en Madrid por Óptima Mayores. «Los bancos quizás no estén preparados para la hipoteca inversa», añadió.
La regulación del consumo de capital para los bancos, de los riesgos asumidos y de la transparencia son algunos de los puntos de deberían regularse, aunque no parece que estos temas estén en el radar del regulador.
Pese a estas reticencias, el Banco de España es partidario de mecanismos que permitan convertir en líquido el patrimonio inmobiliario liquido de los españoles mayores de 65 años, sobre todo en el actual entorno de envejecimiento de la población y de conveniencia de complementar las pensiones.
En España, ningún banco comercializa actualmente hipotecas inversas. Es el portugués BNI el único que distribuye hipotecas inversas en el mercado español a través de la eafi Óptima Mayores. Caser ha lanzado también una hipoteca inversa asumida por la propia aseguradora.
Mapfre estudia con sus socios Bankia, Santander y Bankinter, el lanzamiento de estos productos. Desde EPPARG se promueve se trabaja para «construir un mercado fiable, transparente y seguro, con normas de conducta que cumplan los requisitos necesarios en todos los países para desarrollar la hipoteca inversa», según Ángel Cominges, consejero delegado de Óptima Mayores.
Reino Unido es el país donde más desarrollado está este producto con 48.000 hipotecas contratadas en 2018. En España, 8 millones de mayores tienen una vivienda en propiedad.
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