La economía se desacelera y el mercado laboral se estanca. Tanto, que, según el Banco de España, el ritmo de creación de empleo se ha desplomado a la mitad, razón por la que el organismo reduce no solo su previsión de crecimiento para la economía española, sino que también empeora sensiblemente sus previsiones de paro.
“La afiliación se desaceleró entre mayo y agosto, con crecimiento mensuales del 0,1%”, explica el regulador en las proyecciones macroeconómicas que ayer presentó, mientras que, entre enero y abril, en cambio, el ritmo era del 0,2%. Por lo tanto, y tal y como apuntó el director de Economía y Estadística, Óscar Arce, “el ritmo de creación de empleo se ha reducido a la mitad”. “Además”, añade el BdE, “el paro registrado ha dejado de caer en los meses de verano”, periodo en el que la moderación “ha sido más intensa” de lo que el propio organismo esperaba.
Como consecuencia, España cerrará el presente ejercicio con una tasa de paro que seguirá superando el 14%, mientras que en 2020 y 2021 se estancará en niveles cercanos al 13%. Las cifras contrastan con las que el BdE ofreció en junio, con diferencias tan notables y poco usuales como el incremento en hasta un punto porcentual para 2021, y dibujan un agotamiento en la reducción del paro similar al que prevé el Fondo Monetario Internacional (FMI) pero que el Gobierno ha tratado de rebatir y minimizar en numerosas ocasiones.
“Esta moderación del empleo, bastante generalizada entre las ramas de actividad de la economía de mercado, es algo más intensa en la construcción y la industria”, explica en su documento el organismo, al tiempo que hace especial incidencia en la “desaceleración de la inversión en vivienda”. “La pérdida de dinamismo se ve reflejada principalmente en las compraventas, que se ralentizan con mayor intensidad en el segmento de la segunda mano”, desarrolla, confirmando así los malos datos que se han registrado en el sector durante los últimos meses.
Todo ello, además, se encuadra en una moderación económica que va más allá del enfriamiento que el Ejecutivo ha querido trasladar. Buena muestra de ello es la rebaja de cuatro décimas en la previsión de crecimiento de este año, cifra que una vez más resulta tan importante como poco habitual. Así, el Banco de España estima que el Producto Interior Bruto (PIB) avanzará un 2% este año por el 2,4% que avanzó antes de verano; mientras que para el próximo año prevé un avance del 1,7% (dos décimas menos); y del 1,6% en 2021 (una décima menos).
Las razones del menor crecimiento, según explicó Arce, son principalmente dos. Por una parte, se encuentra la revisión a la baja que hace unos días realizó el Instituto Nacional Estadística (INE) del crecimiento de los últimos trimestres, lo que a su vez es responsable de dos de las cuatro décimas de reducción en la previsión del Banco de España para este año. Y por otra están las tensiones exteriores, entre las que se encuentran la guerra comercial o el Brexit, y la inestabilidad política de España, factores que de manera combinada son responsables de las otras dos décimas de reducción.
En el caso concreto de la situación política interna, el responsable de Economía y Estadística destacó que “la indefinición del Gobierno de la nación y del futuro de las políticas económicas” son factores que restan capacidad de crecimiento a la economía, y que el clima “de incertidumbre creciente no ayuda a la buena marcha”.
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